El sector agroalimentario español se presenta ante un panorama alentador, según los hallazgos del informe ‘Indicadores de sostenibilidad en el sector agroalimentario’ elaborado por Cajamar. La entidad financiera ha presentado este análisis en la Universidad Politécnica de Madrid, resaltando que, en términos generales, "son más los avances que los retrocesos" en la sostenibilidad del sector.
Un observatorio de sostenibilidad agrícola
Desde su primera publicación en octubre de 2022, este informe actúa como un verdadero observatorio que recoge indicadores esenciales para el seguimiento de la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor de la producción agroalimentaria en España. ¿Su objetivo? Proporcionar un análisis cuantitativo que permita comparar esta información con otros países de la Unión Europea y, además, facilitar el diseño de nuevas políticas y estrategias públicas en el marco de la Agenda 2030.
La edición actual ha ampliado el número de indicadores analizados, pasando de 60 a 90. Estos indicadores abarcan tanto el sector agrario como la industria alimentaria, organizándose en torno a las tres dimensiones fundamentales de la sostenibilidad: económica, social y ambiental. Cada una de estas dimensiones se subdivide en decenas de variables más específicas, proporcionando un panorama detallado y preciso.
Impacto económico del sector agroalimentario
En el ámbito económico, el informe destaca la contribución significativa del sector agroalimentario, que representa el 11,4 % del valor añadido bruto (VAB) agroalimentario de Europa, un porcentaje que supera el promedio de la economía española en el contexto europeo, que se sitúa en un 8,6 %. Este rendimiento se apoya en una mayor productividad y un comercio exterior fuerte. Además, en los últimos años, tanto el VAB como la renta agraria en España han aumentado por encima de la media de la UE.
El análisis se complementa con indicadores sobre la evolución de precios, estructuras agrarias y gestión de riesgos, proporcionando una visión integral que subraya la importancia de esta actividad económica. Las proyecciones indican que, a pesar de las dificultades, el sector muestra signos de robustez y resiliencia.
Desafíos en el ámbito social
El informe también se sumerge en el análisis social, con un enfoque detallado en el empleo en el sector agroalimentario. En España, el empleo se mantiene estable en torno a 1,3 millones de trabajadores, mientras que en el conjunto de la Unión Europea se registra una disminución en el número de ocupados. Este fenómeno, junto con el envejecimiento de la fuerza laboral y la menor participación de mujeres, plantea un gran desafío para el futuro del sector.
La estabilidad del empleo en España contrasta con la pérdida de efectivos en otros países europeos, lo que puede reflejar la necesidad de abordar la sostenibilidad no solo desde el punto de vista ambiental y económico, sino también social.
Análisis ambiental: estado e impacto
En el aspecto ambiental, el informe abarca dos grandes secciones: los indicadores de estado de los recursos y los indicadores de impacto. En los primeros se evalúan aspectos fundamentales como suelos, agua, energía, biodiversidad y producción ecológica. Desde 2005 hasta 2020, se ha observado un incremento del 14 % en la superficie regada, mientras que la demanda de agua ha crecido solo un 4 %, lo que indica un descenso en el consumo medio por hectárea.
Respecto a la energía, aunque los precios actuales favorecen un consumo más bajo, los datos sugieren que hay oportunidades significativas para mejorar la eficiencia energética en la agricultura española. Estos avances son esenciales para garantizar no solo la sostenibilidad del sector, sino también su competitividad a largo plazo.
Uso de insumos y sostenibilidad
En cuanto a los indicadores de impacto, estos reflejan el uso de fertilizantes, las emisiones de gases de efecto invernadero, y el uso de fitosanitarios. Es interesante notar que en ambas regiones, España y la UE, se ha producido una disminución en el consumo de fitosanitarios. Este descenso se asocia a la implementación de prácticas más sostenibles que buscan reducir el riesgo que estos productos representan para la salud humana y el medio ambiente.
La gestión responsable de insumos es vital para disminuir el impacto ambiental negativo de la agricultura y para avanzar hacia políticas más comprometidas con el desarrollo sostenible.
Al cierre de este análisis, es evidente que los desafíos son significativos, pero las oportunidades para mejorar la sostenibilidad del sector agroalimentario son aún mayores. Este informe actuará como una brújula en la búsqueda de un futuro más verde y responsable, recordándonos que cada avance cuenta en la ruta hacia un sistema agroalimentario más sostenible y equitativo. ¿Estamos listos para asumir este reto?