En la afamada tierra de vinos generosos, Cádiz, echó a rodar el 44º Congreso Mundial de la Viña y el Vino, en el que los paladares más exigentes y los eruditos en enología se dieron cita para desentrañar cifras y tendencias que en su momento sacudieron el sector. Entre catas y charlas en las centenarias bodegas y pintorescas calles de Cádiz y Jerez de la Frontera, este evento se convirtió en un elixir para los amantes del buen caldo.
La delegación española, que se presentó con un contundente elenco de 40 representantes, abarcó desde universidades y centros de investigación hasta el propio sector vitivinícola, comunidades autónomas y entidades reguladoras. Cabe destacar la presencia de miembros del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con Luis Planas a la cabeza, quien sacó a relucir un verdadero manantial de datos.
En las bodegas del congreso, Planas desveló que España ostenta el récord de superficie de viñedo a nivel mundial, con nada menos que 940.000 hectáreas. No solo eso, sino que además se alza como el tercer productor de vino y el primer exportador en volumen, desplazando alrededor de 27 millones de hectólitros.
Además de los datos crujientes, los vinos españoles no se quedaron cortos en halagos. Planas enfatizó la alta calidad, avalada por 144 indicaciones geográficas y el impulso del cultivo ecológico que representa casi el 15% de la superficie de viñedo en España.
Esta no fue la primera vez que España acogió este congreso. Anteriormente, Barcelona en 1929, Córdoba en 1973, Madrid en 1992 y Logroño en 2006 fueron los anfitriones de esta cita mundial que, como un buen vino, mejora con los años.