Los precios en origen del aceite de oliva han experimentado un sorprendente desplome, alcanzando casi la mitad de su valor inicial desde que comenzó la nueva cosecha, cuyo rendimiento se espera mayor que el del año anterior. Este episodio ha generado una creciente preocupación entre los productores, quienes temen la posible irrupción de precios bajos en el campo nuevamente.
Primeros datos de cosecha
En cuanto a la producción, las cifras más recientes indican que la producción acumulada durante los primeros dos meses de campaña ha sido de 292.019 toneladas, lo que representa un incremento del 9,7 % en comparación con la campaña pasada. La actividad comercial se mantiene activa, con 147.786 toneladas de aceite vendidas entre octubre y noviembre. Sin embargo, las existencias han disminuido un 15 % anual en noviembre, acumulando un total de 321.147 toneladas.
Después de dos cosechas cortas debido a los efectos de la sequía, se prevé que la campaña 2024-2025 alcance un nivel de producción normal, con estimaciones de 1,29 millones de toneladas. Así, los datos apuntan a una recuperación en la producción de aceite, lo que podría influir en los precios futuros.
Tensiones en el sector
Las cifras de precios han comenzado a preocupar a los actores del sector. El observatorio de precios de Infaoliva revela que las cotizaciones han caído de media un 45 % desde principios de octubre, llevando el precio del aceite de oliva virgen extra a 3,8 euros por litro, el virgen a 3,7 euros y el lampante a 3,5 euros. Este descenso significativo ha hecho sonar las alarmas, especialmente con el sistema de información Poolred reportando que, en la última semana, los precios medios se sitúan en 4,17 euros por litro. Es decir, la caída por debajo del umbral de los 4 euros está provocando inquietud entre los productores.
El presidente del sector del aceite de Cooperativas Agroalimentarias, Rafael Sánchez de Puerta, ha indicado que "ante una expectativa de bajada, todo el mundo quiere vender muy pronto". Este comportamiento puede generar un "derrumbe absoluto" en los precios. Además, ha resaltado que hay un sector creciente en el que "las cooperativas, por desgracia, cada vez pesan menos", haciendo referencia a la elección del momento de venta por parte de agricultores y almazaras que no siempre responde a la asesoría cooperativa.
Una compra más barata
El impacto de los precios en origen ya se refleja en el mercado de consumo. En noviembre, se registraron caídas del 3,7 % anual y del 3,2 % mensual en los precios del aceite de oliva, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sorprendentemente, el aceite de oliva ha dejado de ser un artículo que aumenta su precio, apareciendo en noviembre entre los productos de la cesta de la compra que han bajado de precio desde su anterior escalada.
Esta situación genera una lógica pregunta: ¿cómo afectará esta baja en los precios a la rentabilidad de los agricultores y a la sostenibilidad del sector en su conjunto?
Demandas de responsabilidad
Ante esta crisis de precios, la asociación ibérica de olivar en seto, Olivérica, ha hecho un llamado a "la responsabilidad de todos los agentes del sector". Instan a encontrar un "precio justo y equilibrado" que asegure la sostenibilidad del olivar. Consideran que la actividad olivarera solo tiene sentido si se acompaña de una retribución que permita a los agricultores cubrir sus costes, planificar adecuadamente sus inversiones y mantener activos sus cultivos.
El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Andalucía, Cristóbal Cano, ha criticado la falta de aprendizaje del sector frente a las fluctuaciones del mercado en los últimos dos años, donde se podría haber comercializado a precios que la demanda mundial pudiera absorber sin resentirse.
Las voces de preocupación y la demanda por medidas más efectivas se multiplican en un contexto donde las decisiones de venta tomadas por los productores podrían tener efectos a largo plazo en la salud financiera del sector.
La naturaleza cíclica del mercado del aceite de oliva deja abierta la interrogante sobre cómo se adaptará el sector a estas nuevas realidades y qué estrategias implementará para evitar que el ciclo de precios bajos se repita, garantizando la viabilidad del cultivo y el bienestar de los agricultores. Es crucial seguir de cerca estos desarrollos para entender mejor el futuro del aceite de oliva en el mercado global.