El aumento del comercio de azúcar en medio de la incertidumbre arancelaria de EEUU

El aumento del comercio de azúcar en medio de la incertidumbre arancelaria de EEUU

El consumo de azúcar ha estado en aumento, reflejando un crecimiento demográfico que resulta evidente a nivel global. Según el director ejecutivo de la Organización Internacional del Azúcar, José Orive, este incremento está relacionado con el uso del producto en una variedad de alimentos y bebidas, como refrescos y dulces. Entre los datos más relevantes, se destaca que el consumo anual de azúcar oscila entre el 1,8 % y el 2,1 %, marcado por un uso significativo en países como México e India.

Consumo azucarero y tendencias globales

El consumo mundial azucarero crece al ritmo del aumento de la población global. A nivel de comercio, este fenómeno es marcado por factores como la oferta, la demanda y condiciones climáticas. La OIA reporta que a pesar de los precios bajos en Europa, la demanda no se ve afectada por la amenaza de aranceles desde Estados Unidos.

Orive destacó que, hasta ahora, el impacto de los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos es “minúsculo o inexistente.” Afirma que, aunque algunas mercancías pueden verse eventualmente afectadas, el comercio de azúcar mantiene su estabilidad en la actualidad.

La situación en América

El panorama en América es igualmente interesante. Orive subrayó que en Estados Unidos los precios del azúcar han alcanzado “niveles nunca vistos,” lo cual ha facilitado un incremento en las exportaciones desde países como Guatemala, Colombia y Brasil hacia el norte. Este flujo de azúcar se mantiene elevado, gracias a la fuerte demanda por parte de la industria de bebidas y confitería.

El consumo per cápita se mantiene alto en países latinoamericanos, impulsado por el aumento en la venta de refrescos y otros productos azucarados. En Chile, por ejemplo, el país ha visto un crecimiento en la exportación de confitería, reemplazando oporciones tradicionales de exportación hacia Oriente Medio, donde antes las transacciones eran más frecuentes.

Datos de producción y consumo

La producción mundial de azúcar durante la última campaña alcanzó 179.069 millones de toneladas, un 1,25 % menos que en la anterior, mientras que el consumo se situó en 181.582 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 0,85 %. Esto nos deja un déficit global de 2,5 millones de toneladas y unas existencias almacenadas que han caído a 96,5 millones de toneladas.

Orive considera que los factores que determinan la evolución del comercio azucarero están estrechamente relacionados con los rendimientos, el clima y los volúmenes de producción. Además, es importante mencionar que el alto consumo en América Latina refuerza la dinámica del mercado a pesar de las tensiones geopolíticas como las que se observan en Oriente Medio.

Desafíos en Europa y España

Europa también presenta un escenario interesante, ya que la producción ha tenido un incremento reciente. Sin embargo, la situación en el mercado es contradictoria. La OIA indica que los precios del azúcar en la Unión Europea han caído «drásticamente»; en España, el precio por tonelada pasó de 922 euros en 2023 a 646 euros, evidenciando una fuerte disminución.

A pesar de estos retos, Orive menciona que España ha incrementado su área cultivable de remolacha. No obstante, se muestra cauteloso ante posibles contracciones futuras en la superficie cultivada debido a los actuales precios del azúcar, que han afectado la viabilidad de la producción.

La influencia de la geopolítica en los mercados

En cuanto a la influencia de la geopolítica en los mercados azucareros, Orive enfatiza que este no es el factor principal que determina el comercio. Al recordar las tensiones en el Medio Oriente, se plantean otros desafíos, pero la adaptación de los mercados a estos eventos ha sido crucial para mantener una oferta constante.

Es un momento interesante para el mundo del azúcar: con el aumento de consumo y la estabilidad relativa de los mercados, parece que la industria se enfrenta a retos, pero también a oportunidades para reinventarse y adaptarse a un panorama en constante cambio.

Por último, se sugiere una mirada profunda a cómo las políticas, el clima y los hábitos de consumo pueden continuar modelando el negocio del azúcar en los próximos años. La complejidad de este sector invita a una reflexión sobre cómo las decisiones de hoy influirán en el futuro del mismo.

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