La sequía y la escasez de lluvias están marcando la agenda en España. El reciente barómetro de mayo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha arrojado datos preocupantes. Se destaca que cerca del 90% de los ciudadanos españoles expresan gran preocupación por la sequía y ven en la acción humana un factor significativo.
El estudio, realizado a 4.030 personas, mostró que la escasez de lluvias o sequía preocupa mucho al 53,1% y bastante al 36,1%. Apenas un 10,2% se mostró indiferente, con un 8,1% que se preocupa poco y un 2,1% que no se preocupa nada.
Pero la preocupación no queda ahí. El 82% de los participantes consideran que la acción humana, es decir, la industria, los coches, los gases, la construcción o el consumo, influyen mucho o bastante en la sequía. En concreto, el 51,3% opinó que la acción del hombre influye mucho, y para el 30,9% influye bastante.
A pesar de la preocupación, hay un rayo de esperanza. El 70,7% de los españoles han modificado sus prácticas cotidianas para ahorrar agua. Los principales cambios incluyen un cambio del baño a la ducha para el 68,6% y un uso más eficiente de los electrodomésticos que usan agua para el 36,1%.
Además, el 27,7% ha adoptado el hábito de poner un cubo para recoger agua mientras espera a que salga agua caliente, y el 25,8% ha instalado reductores de agua de caudal en los grifos o difusores en la ducha.
No obstante, hay un aspecto relevante que no debemos pasar por alto: a pesar de los cambios en los hogares, el 43,3% de los encuestados opinó que el mayor consumo de agua en España no corresponde a los hogares, sino a la agricultura, seguido por un 40,6% que considera que el mayor consumo hídrico proviene de la industria.
Estas cifras nos hacen reflexionar sobre la necesidad de un cambio estructural en nuestra relación con el agua, no solo a nivel doméstico sino también industrial y agrícola. La ciudadanía está preocupada y, lo que es más importante, está dispuesta a tomar medidas. Las políticas públicas deben reflejar y apoyar estos esfuerzos.
En este escenario de preocupación y acción, una cosa es clara: la relación de los españoles con el agua está cambiando, y todos tenemos un papel que desempeñar.
