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El sector agrario español enfrenta un escenario adverso debido a las severas tormentas de pedrisco y heladas inusuales

España se encuentra bajo el azote de las tormentas de pedrisco y las heladas que están devastando sus tierras agrícolas. Agroseguro, el consorcio de empresas privadas que se encargan de los seguros agrarios, ha emitido un informe detallando la grave situación que vive el sector agrario.

El cambio abrupto de la meteorología, con heladas tardías a mediados de mayo y tormentas de pedrisco tempranas, contrasta con la severa sequía que ha marcado el primer cuatrimestre del año. Esta combinación de eventos extremos ha agravado la situación de cultivos ya debilitados por la falta de lluvias.

Desde finales de abril, las tormentas de pedrisco han hecho acto de presencia, comenzando por un frente de granizo que recorrió de Oeste a Este la provincia de Burgos, causando daños en más de 20.000 hectáreas de cereal de invierno y leguminosas. Otros lugares afectados incluyen la frontera entre Valladolid y Zamora, y el tramo entre Soria y Calatayud.

El fin de semana del 6 y 7 de mayo, las tormentas de pedrisco volvieron a causar estragos en lugares tan dispares como León, donde afectaron principalmente a cultivos herbáceos y remolacha, y en el norte de La Rioja, donde dañaron viñedos y cereales.

En la Región de Murcia, las tormentas han descargado pedrisco en los últimos días sobre parcelas de sandía en Lorca, y explotaciones de lechuga, cítricos o frutales de Pulpí, Cieza y Jumilla. Otros lugares golpeados por las tormentas incluyen las provincias de Albacete, Alicante y Valencia.

Las condiciones meteorológicas extremas continuaron el 19 de mayo, con fuertes precipitaciones de lluvia y, ocasionalmente, pedrisco en la Región de Murcia. Lorca sufrió especialmente el impacto, con daños en viñas, olivares y almendros. Importantes zonas productoras de frutas como Cehegín, Caravaca de la Cruz, Pliego o Mula también sufrieron daños.

Agroseguro informa que en 2023, los siniestros por pedrisco ya superan las 34.000 hectáreas, y que afectan a productores de hasta 33 provincias españolas.

Además, las heladas tardías, especialmente en Castilla y León, han causado daños irreparables en el viñedo, en plena fase de brotación y desarrollo, y muy sensible a las bajadas de temperaturas.

Las provincias de Valladolid, Burgos y Soria ya han comenzado a recibir partes de siniestro, y también se han reportado daños en viñedos de Segovia. En el actual clima de incertidumbre, Agroseguro se presenta como un aliado esencial para el sector agrario, aportando información y soporte a los agricultores afectados en este difícil momento.

Así, el sector agrario español continúa luchando contra las adversidades, demostrando una vez más la resistencia y el compromiso de sus trabajadores ante las circunstancias más desafiantes. El golpe del clima inestable es duro, pero la comunidad agrícola no se rinde y se mantiene firme frente a la adversidad.

En este contexto, la labor de Agroseguro adquiere una relevancia aún mayor, convirtiéndose en un apoyo esencial para los agricultores. Su trabajo de seguimiento de los siniestros y de gestión de los seguros agrarios contribuye a la mitigación de las consecuencias de estas inclemencias del tiempo.

No obstante, es evidente que los desafíos son enormes. Las cifras hablan por sí solas: en 2023, los informes de siniestros por pedrisco ya superan las 34.000 hectáreas, afectando a agricultores de hasta 33 provincias españolas. Y la situación puede empeorar aún más, ya que todavía no ha comenzado la época más habitual en la que se producen estos fenómenos meteorológicos.

Las bajas temperaturas y las heladas también han dejado su huella, especialmente en el viñedo de Castilla y León. Las heladas tardías han causado daños importantes, en un momento crítico de desarrollo y brotación de la viña, muy sensible a las caídas de temperatura.

Pese a todos estos retos, la industria agrícola española muestra una tenacidad impresionante, trabajando incansablemente para superar los obstáculos y seguir produciendo alimentos de calidad. Aunque las circunstancias son adversas, el sector está demostrando su capacidad de resiliencia y su compromiso con el campo y su labor.

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