El Parlamento Europeo ha determinado su postura frente a la propuesta de Bruselas sobre las nuevas técnicas genéticas en plantas, dirigida a la labor realizada con los países miembros de la Unión Europea. Estos avances en edición genética permitirán, entre otros beneficios, el desarrollo de cultivos con mayor resistencia a los fenómenos climáticos extremos.
El apoyo a la propuesta fue mayoritario, con 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones. Los eurodiputados se muestran a favor de un proceso más sencillo para aquellas plantas cuya modificación genética cumpla una serie de requisitos, asi sean consideradas equivalentes a las plantas convencionales. En contraposición, las plantas resultantes de las nuevas técnicas genómicas (NGT), cuyas modificaciones no cumplan dichos criterios, continuarán necesitando un régimen más riguroso, incluyendo autorización y etiquetado obligatorios.
La mayor ventaja de estas técnicas genéticas es que buscan ayudar a hacer el sistema alimentario más sostenible y resiliente, a través del desarrollo de nuevas variedades de plantas que sean más resistentes al clima, a las plagas, que sean más productivas, o que requieran menos empleo de fertilizantes y pesticidas.
Una diferencia crucial con los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), en los que se introduce un código genético ajeno a la planta, las NGT solo modifican el genoma de la propia planta o introducen material genético equivalente. Sin embargo, según la ley actual, todas las plantas resultantes de las NGT en la UE están sujetas a las mismas regulaciones que los OGM.
Bruselas propone dos categorías para las plantas resultantes de las NGT. En la primera categoría se encontrarían las plantas cuyas modificaciones genéticas son consideradas equivalentes a las convencionales. Estas estarían exentas de los requisitos de la legislación referente a los OGM, mientras que las otras plantas NGT seguirían estando sujetas a regulaciones más estrictas.
Además, los eurodiputados acordaron que los paquetes con semillas NGT deben ser etiquetados y formar parte de una lista pública para garantizar la transparencia. Aunque en el primer caso no existe un requerimiento de etiquetado, se solicita a la Comisión observar la evolución de la percepción de consumidores y productores sobre las NGT durante los siete años siguientes a la entrada en vigor de esta normativa.
En cuanto a la segunda categoría, se pretende mantener la mayoría de los requerimientos de la legislación sobre OGM que se encuentra entre las más estrictas del mundo, incluyendo el procedimiento de autorización y el etiquetado obligatorio. Asimismo, se aboga por la prohibición de todas las patentes presentadas para plantas obtenidas por estas técnicas.