El panorama ganadero de Castilla y León ha atravesado por un torbellino legal en los últimos días, con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el ojo del huracán. Recientemente, el Ministerio puso fin a la prohibición que limitaba el movimiento de ganado bovino en la región, una decisión que había generado cierto revuelo. La medida inicial, que parecía un jaque mate para los ganaderos, estaba destinada a controlar la propagación de la tuberculosis bovina, pero fue revocada tras quedar restablecido el marco normativo nacional y europeo.
El epicentro de este embrollo jurídico fue una Orden ministerial que el Ministerio, bajo la batuta de Luis Planas, consideró una amenaza al marco legal preestablecido. La Junta de Castilla y León, que al parecer metió la pata con su Resolución, también jugó un papel clave. La suspensión judicial de la Resolución fue el catalizador que permitió al Ministerio tirar por la borda la limitación de movimiento de ganado. Al fin y al cabo, mantener la seguridad jurídica era crucial.
Los Detalles Cruciales:
- La controversia surgió debido a una Resolución de la Junta de Castilla y León que, según el Gobierno central, se saltaba la legislación de la UE y nacional en el control de la tuberculosis bovina.
- La Resolución permitía la salida de ganado desde explotaciones con calificación sanitaria suspendida o retirada, y relajaba las condiciones para que explotaciones afectadas fuesen declaradas libres de tuberculosis bovina.
- La Orden inicial del Ministerio habría obstaculizado el movimiento de ganado desde Castilla y León al resto de autonomías y a las tres provincias de Burgos, León y Valladolid, que están declaradas libres de tuberculosis bovina.
El Ministerio de Agricultura no se anduvo con chiquitas y recordó que la tuberculosis bovina es “altamente infecciosa y de carácter zoonótico”, lo que significa que puede transmitirse a los humanos. Esto ponía en riesgo no solo la salud del ganado sino también la salud pública.
Tras recurrir la Resolución autonómica, el Ministerio presentó un recurso contencioso-administrativo solicitando la suspensión cautelar de la misma. La Junta, que no estaba para más líos, no se opuso a esta solicitud.
En definitiva, con el levantamiento de la prohibición, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha buscado restablecer el marco normativo y asegurar que se tomen las medidas adecuadas para prevenir la propagación de la tuberculosis bovina en Castilla y León, sin dejar de lado la importancia de la seguridad jurídica. A buen entendedor, pocas palabras.