Los efectos del apagón eléctrico han tenido un impacto significativo en la actividad de los supermercados, creando una situación crítica en varias localidades de España y en partes de Portugal y el sur de Francia. Mientras que algunos grandes establecimientos como El Corte Inglés y Mercadona han logrado seguir operando gracias al uso de generadores eléctricos, otros han cerrado sus puertas ante la imposibilidad de continuar con la venta.
Supermercados funcionando con generadores
A partir de las 12:30 horas, el apagón comenzó a afectar a amplias áreas, provocando que los clientes buscaran provisiones de manera urgente. En consecuencia, se formaron largas colas en las entradas de algunos supermercados, donde la demanda se centró especialmente en productos básicos como agua embotellada. Este comportamiento de consumo refleja la preocupación de los ciudadanos ante la incertidumbre que conlleva una interrupción del suministro eléctrico.
Compañías como DIA y Ahorramas han tomado medidas drásticas, cerrando un número considerable de sus tiendas debido a las fallas en el suministro eléctrico. Según ha informado DIA, en las tiendas que han cerrado, "no pueden operar" de forma efectiva. Sin embargo, sus almacenes se mantienen operativos, aunque con ciertas limitaciones.
Impacto en la cadena de suministro
La cadena de supermercados Ahorramas ha reportado que cerca de la mitad de sus establecimientos han cerrado, mientras que los que permanecen abiertos están funcionando gracias a generadores eléctricos. Por otro lado, Alcampo ha sido capaz de mantener la actividad en todos sus centros debido a su infraestructura con grupos electrógenos.
Esta situación ha suscitado inquietud en el sector agroalimentario, que se encuentra en constante comunicación para evaluar el impacto que esta crisis puede tener en la cadena de suministro. Los empresarios están comprometidos a encontrar soluciones y prepararse para mitigar las consecuencias a largo plazo.
Preocupaciones y vigilancias en el mercado
La posibilidad de que otros supermercados sigan el camino de cierre preocupa a los trabajadores y consumidores, sobre todo si el apagón se prolonga. Es evidente que, aunque algunos establecimientos logran subsistir, la situación sigue siendo delicada para muchos otros del sector alimentario.
Conforme se desarrollan los acontecimientos, los expertos de la industria agroalimentaria están atentos a la situación de cada establecimiento, analizando los desafíos que enfrentan. Las autoridades también están monitoreando la situación de cerca, dado que la seguridad alimentaria es una prioridad.
A medida que la crisis eléctrica continúa, es esencial que tanto empresarios como consumidores mantengan la calma y se apoyen mutuamente. La capacidad de recuperación y la adaptación a la incertidumbre jugarán un papel crucial en el futuro de las operaciones agrícolas y comerciales. La resiliencia del sector agroalimentario será puesta a prueba en estos tiempos de dificultad, un momento que podría redefinir cómo se gestionan las crisis en el ámbito de la distribución de alimentos.