El sector vinícola español ha reivindicado recientemente el valor de la denominada «curva en J», una relación que se establece entre el consumo moderado de vino y ciertos indicadores de salud como la mortalidad. Este estudio se dio a conocer en la feria Barcelona Wine Week (BWW).
La curva en «J» pone de relieve que aquellos que consumen vino de manera moderada poseen un índice de mortalidad más bajo no solo que los que no beben, sino también que aquellos que llevan a cabo un consumo excesivo. Este concepto fue el eje central de la exposición de los más de 30 investigadores internacionales que participaron en el congreso «Lifestyle, Diet, Wine and Health», celebrado el pasado octubre en Toledo.
En palabras de Toni Cruces, director gerente de la Fundación para la Investigación del Vino (Fivin), «Hay unos niveles de consumo de vino que está probado que son cardioprotectores. Hablamos de una copa de vino, algo que resulta protector tanto para la mujer como para el hombre, según indican los estudios».
Cruces también recalcó la importancia de que cada individuo conozca cuál es su estilo de vida y estado de salud, consultando a su médico para determinar si el consumo moderado de vino podría resultar beneficioso. En este sentido, rechazó de manera tajante que su mensaje fuera aconsejar el consumo de vino por salud.
Las conclusiones presentadas en BWW subrayaban la sinergia de diferentes alimentos, incluyendo el consumo moderado de vino, y el papel de los polifenoles, uno de los principales nutrientes de la dieta mediterránea. Todos estos factores tienen una influencia directa sobre la calidad y duración de la vida, según Fivin.
Cabe destacar que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) rectificó en un informe de la Global Burden of Diseases (GBD) un estudio previo de la OMS de enero de 2023 que sostenía que no había un consumo seguro de alcohol a partir de la primera gota. Según este último estudio, el riesgo de consumo de alcohol equivalente a no beber es casi cero en los jóvenes, pero muestra una curva en «J» en los mayores de 40 años.
Finalmente, Cruces señaló que el primer informe de la OMS que advertía que ningún nivel de consumo de alcohol es seguro para la salud, no diferenciaba entre los distintos tipos de bebidas alcohólicas y momentos de consumo, lo que en su opinión, perjudicaba al vino injustamente.