La llegada de la nueva Comisión Europea (CE) ha abierto un abanico de oportunidades para los productores agrícolas. Muchos esperan un cambio significativo en las políticas, especialmente tras las movilizaciones del invierno pasado que resonaron en las urnas. Este contexto propicia una atmósfera de expectación en el sector primario, aún convulso debido a las recientes protestas contra el acuerdo de Mercosur.
Mercosur, foco de protestas y de los retos comerciales
A pocas semanas de asumir sus funciones, la CE se enfrenta inmediatamente a importantes desafíos comerciales. Uno de ellos es el acuerdo con Mercosur, que ha suscitado una fuerte oposición en Francia y otros países. Este bloque, compuesto por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, tiene una notable influencia en el comercio agrícola. Además, la situación se complica con los acuerdos comercialmente sensibles con Marruecos, que están bajo revisión por la justicia comunitaria, y la incertidumbre generada por el regreso al poder de Donald Trump y sus potenciales aranceles.
Sin olvidar el conflicto en Ucrania, que aunque mantiene su capacidad exportadora agrícola, sigue creando un entorno inestable que podría repercutir en las futuras relaciones comerciales de la UE.
Prioridades agroalimentarias del nuevo ejecutivo
El nuevo Ejecutivo comunitario ha comenzado este periodo con unas prioridades claras que abarcan aspectos fundamentales como el presupuesto, el futuro de la Política Agraria Común (PAC) y la reforma pesquera. Estos aspectos son cruciales para asegurar la sostenibilidad del sector. El comisario de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, junto con el comisario de Pesca, Costas Kadis, liderarán estas iniciativas en un contexto donde el sector agrícola espera aumentar la comunicación y escuchar sus preocupaciones.
La CE planea presentar en sus cien primeros días de mandato, hacia febrero de 2025, un informe con su visión sobre la agricultura y la alimentación. Este informe se fundamentará en el "Diálogo Estratégico sobre el futuro de la agricultura", que busca fortalecer la relación entre las instituciones comunitarias y los productores.
La PAC y el presupuesto: un camino hacia revisiones necesarias
Apenas han pasado dos años desde la implementación de la actual PAC, pero es evidente que se necesita una revisión. Esta revisión se entrelazará con las discusiones sobre el marco financiero de la UE para 2028-2024, que comenzarán en el verano próximo. El informe de los expertos ya ha planteado redirigir las ayudas hacia aquellos que más las necesitan, lo que seguramente provocará debates en torno a su aplicación y efectividad.
Mientras tanto, la lucha contra el cambio climático sigue en primer plano. La devastadora dana que afectó a España es un recordatorio del impacto que tienen los desastres naturales en la producción agrícola. Las organizaciones agrarias europeas han pedido un “tercer pilar” dentro de la PAC que proteja a las producciones de estos eventos extremos, subrayando la necesidad de adaptarse a la nueva realidad climática.
Pesca: un cambio de dirección necesario
La nueva Comisión también tiene grandes expectativas en el sector de la pesca. Entre sus objetivos destaca la iniciativa de reformar la Política Pesquera Comunitaria (PPC). Esta reforma busca abordar problemas sociales, facilitar el cumplimiento de normativas y proporcionar respaldo a la industria pesquera frente a la competencia de terceros países, como China. En este sentido, el primer Consejo de Ministros de Pesca de la UE bajo el nuevo comisario se llevará a cabo el próximo mes de diciembre, donde se negociarán las cuotas y las posibilidades pesqueras para 2025.
Los agricultores y pescadores están exigiendo que la Comisión ponga un alto a las exigencias ambientales de la anterior legislatura, en el marco del Pacto Verde, y busquen un equilibrio con las realidades económicas y sociales de sus actividades. De hecho, la CE ya ha decidido retrasar un año la implementación de la ley de deforestación, en una clara señal de que se están teniendo en cuenta estas demandas.
La visión de la CE y el rumbo medioambiental
En este nuevo capítulo que arranca, la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, ha prometido un enfoque más cercano al campo y a la alimentación, reconociendo que las preocupaciones ambientales deben ir acompañadas de un análisis económico y social. Es una promesa que muchos en el sector esperan ver materializada, en un momento donde la presión por respuestas rápidas y efectivas es mayor que nunca.
A medida que la Comisión se adentra en su trabajo, será fundamental observar cómo se gestionan las prioridades y los compromisos adoptados en esta nueva etapa. Recorrer este camino presenta aún muchos interrogantes y retos, pero también abre la puerta a la posibilidad de reformas que pueden transformar el futuro del sector agrícola europeo. Con tantos cambios en el aire, es vital que todos los actores dialoguen y colaboren para construir un sistema agrícola más robusto y sostenible.