Un hito para Europa y probablemente el mundo, la Ley de la Restauración de la Naturaleza ha entrado en vigor este domingo pese a varios embates contra su tramitación. Latino la primera norma de la Unión Europea que obliga a la restauración de la naturaleza, no solo a su protección, marca un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático.
Puentes difusos tuvo que sortear la legislación en su trayecto de aprobación. Afrontó contratiempos en la Eurocámara debido a la resistencia del Partido Popular Europeo y en el Consejo, donde se aglutinan los gobiernos de los 27 estados miembros de la UE, por un repentino cambio de postura de Hungría.
El principal objetivo de esta normativa es reforzar la preparación y la resiliencia de Europa frente a los impactos del cambio climático. Según un comunicado de la Comisión Europea, la entrada en vigor del reglamento se percibe como un «nuevo avance en el esfuerzo por revertir el deterioro de la naturaleza y alcanzar la neutralidad climática».
La ley, propuesta originalmente en junio de 2022, tiene como meta restaurar al menos el 20% de los ecosistemas degradados para 2030 y todos a mitad de siglo, incluyendo las tierras de cultivo. Entre sus lineamientos se impone, entre otras cosas, la obligatoriedad de remediar la disminución de polinizadores, de regenerar el 30% de las turberas vaciadas para uso agrícola, de no reducir espacios verdes urbanos y de eliminar barreras artificiales en los ríos de la UE.
La normativa busca realinear el marco legislativo comunitario con los acuerdos sobre biodiversidad de Naciones Unidas. No obstante, durante su tramitación, el texto adquirió un carácter simbólico, convirtiéndose en un emblema de la batalla ideológica en torno a la agenda verde. En el Parlamento Europeo, surgieron las primeras diferencias sobre su contenido, y los negociadores del Partido Popular Europeo abandonaron la mesa de conversaciones.
Aún con todas las barreras enfrentadas, entre las que se incluye una compleja negociación entre el Parlamento y el Consejo que mermó la ambición de algunos de los objetivos, la ley fue adoptada con los votos a favor de 19 países; los que la respaldan representan a un 66,07% de la población de la UE.
Es apenas el comienzo de un camino comprometido y sin duda complejo, pero, ciertamente, es una guía clara para Europa en su propósito de restaurar la naturaleza y luchar contra el cambio climático.