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Nuevo liderazgo en el mundo bodeguero predice un aumento en las exportaciones tras dos años de caída

El flamante presidente de la Federación Española del Vino (FEV), Pedro Ferrer, ha asumido la presidencia con la mirada puesta en un horizonte de clara recuperación. Con la confianza en un repunte en las exportaciones después de dos años de números rojos, comienza a vislumbrarse también un resurgimiento del consumo interno.

En su primer comunicado oficial desde su elección el pasado 10 de abril, Ferrer fomenta la idea del vino como parte intrínseca de la cultura española. Asume el imperativo de «seguir cautivando al consumidor» mientras desdobla el plan estratégico 2025-2029 de la FEV durante su mandato de tres años.

Este vino-optimista también pone énfasis en el hecho de que la mejora en las exportaciones descansa en gran medida en los esfuerzos de las propias empresas vitivinícolas, sin dejar de destacar el papel de la FEV en este contexto. La Federación tiene el compromiso de estar al servicio de esas empresas, colaborando para que el marco normativo sea lo más flexible posible.

De especial relevancia para la industria vitivinícola, señala el desafío climático. Los cambios bruscos de temperatura entre estaciones y los patrones de precipitaciones irregulares pueden ser difíciles de manejar y suponen retos notables para el crecimiento de la uva. No son menos desafiantes las secuelas de la prolongada sequía que ha reducido la cosecha de uva a sus niveles más bajos en los últimos seis años. Este hecho afecta no sólo a los viticultores, sino también a las empresas y proveedores, llevándolos a temer la pérdida de cuota de mercado.

Por su parte, la FEV está también atenta a los desafíos legislativos en relación al consumo de alcohol. En este aspecto, Ferrer recalca que el mensaje es el correcto: el vino, consumido con moderación y como parte de una dieta equilibrada, es positivo.

Finalmente hizo un llamado a las autoridades solicitándoles flexibilizar la complejidad administrativa que afecta tanto a los viticultores como a las bodegas, la mayoría de las cuales son pequeñas empresas. Enfatiza así la importancia del trabajo conjunto y la colaboración en el seno de la FEV, en donde, a pesar de la natural competencia, existe un fuerte sentir de intereses comunes.

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