En un hecho considerado por los protagonistas como una protesta «histórica», los agricultores que durante 24 horas llevaron a cabo bloqueos en diversos pasos fronterizos entre España y Francia han puesto fin a sus acciones, aunque en algunas zonas todavía se reportan retenciones.
Eduard Escolà, portavoz de la Revolta Pagesa, ha afirmado el agrado con la movilización conjunta que se ha llevado a cabo entre ambos países. De acuerdo a sus declaraciones, se ha logrado generar el impacto deseado y esperan que sus demandas sean escuchadas en breve.
El eje central de la protesta ha sido expresar el malestar por las políticas comunitarias en un contexto marcado por las recientes elecciones al Parlamento Europeo. La participación se ha extendido a agricultores a pie y con decenas de tractores que se unieron en hasta ocho diferentes puntos.
Entre las peticiones formuladas por los 350 agricultores, cifra aportada por Escolá, se destacan una mayor regulación a los productos importados, y preferencia a las producciones locales, así como reducciones fiscales para la producción de alimentos.
Un caso relevante de solidaridad entre agricultores trasciende fronteras, y es que estos cortes de tráfico ha dado lugar a la creación de la Unión de Asociaciones del Sector Primario Independiente (Unaspi), resultado de la colaboración entre productores españoles y franceses.
En relación con la movilización, las fuerzas de seguridad realizarán inspecciones técnicas en la zona antes de restablecer por completo el tráfico. Entre los pasos fronteros que recuperan la normalidad progresivamente se encuentran Mollò y Puigcerdà en Girona, y La Seu d’Urgell y Bossost en Lleida.
En contraste, la situación en Irún, Guipuzkoa, se revela distinta debido al bloqueo de la frontera en esa área por parte de los manifestantes. Esta acción ha causado retenciones kilométricas en la AP-8 y se ha informado que hay zonas en las que el tráfico está completamente parado.
Finalmente, es pertinente anotar que las protestas se han llevado a cabo de forma independiente sin la participación de las organizaciones profesionales agrarias Asaja, COAG y UPA, Unión de Uniones y Cooperativas Agro-alimentarias. Aun así, los agricultores confían en que su estridente llamado no haya pasado desapercibido ante las autoridades competentes.