El municipio de Molinaseca, en León, ha acogido el pasado miércoles un evento lleno de significación para los amantes de los recorridos históricos. Los diez alcaldes de la mancomunidad de municipios gallegos del Camino Francés se dieron cita en este emblemático lugar para rendir homenaje a uno de los principales espectáculos turísticos de la región: el peregrinaje. Aprovecharon la ocasión para hacer un llamado en defensa del turismo peregrino, contraponiéndose a la ola de opiniones que promueven una suerte de «caminofobia».
El director del Xacobeo en la Xunta, Ildefonso de la Campa, cuestionó estas perspectivas adversas. Manifestó que es un «sinsentido» criticar lo que es en realidad un logro significativo. Con la referencia de los 600.000 peregrinos que alcanzan Santiago cada año, De la Campa sostuvo que estos visitantes aportan valor significativo y reiteró la necesidad de impulsarlo a través de los recursos adecuados.
Por otro lado, el alcalde de Molinaseca, Alfonso Arias, defendió la posición de fomentar un turismo «siempre controlado». El dirigente se unió al coro de voces que erige barricadas contra la «caminofobia», reconociendo la importancia de ser respetuosos con el medio y las poblaciones locales.
El acto de homenaje también contó con la asistencia de la presidenta de la mancomunidad y alcaldesa de Triacastela, Olga Iglesias, quien manifestó satisfacción por la unidad demostrada entre ayuntamientos en defensa del Camino. Del mismo modo, el delegado de la Junta de Castilla y León, Eduardo Diego, y la máxima autoridad del Xacobeo en la Xunta acompañaron el evento.
Los dignatarios no perdieron la oportunidad para consignar una piedra en la Cruz de Ferro, evidenciando así el paso de los peregrinos por sus respectivas localidades. Por otro lado, la visita al Santuario de Nuestra Señora de las Angustias despertó un especial sentimiento de respeto entre los alcaldes, quienes agradecieron al párroco cuyo refugio ha sido de gran ayuda para peregrinos y segadores gallegos a lo largo de los años. En un momento emotivo, entregaron un hocín en agradecimiento, una antigua ofrenda que los segadores hacían a la virgen.