La Unión Europea ha tomado una decisión crucial y potencialmente disruptiva en su relación comercial con Rusia y Bielorrusia. En la reunión de los Ministros de Comercio de la UE llevada a cabo el jueves, se acordó la imposición de aranceles “prohibitivos” a las importaciones de grano y semillas oleaginosas procedentes de ambos países fuertemente vinculados en el conflicto en Ucrania.
La medida, que entrará en vigencia a partir del primero de julio, se aplicará para evitar que las exportaciones de grano ruso desestabilicen el sector agrícola de la UE y con el objetivo estratégico de restringir los ingresos de Rusia para financiar el conflicto en Ucrania, señaló Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y titular de Comercio.
La imposición de estos aranceles «muy altos» también se justifica con la intención de combatir las exportaciones ilegales rusas de grano ucraniano robado que terminan en los mercados de la UE.
El regulamento incrementará los aranceles sobre cereales, semillas oleaginosas y productos derivados de Rusia y Bielorrusia hasta un punto que prácticamente paralizará las importaciones de estos productos, indicó el Consejo de la UE en una comunicación oficial. También se incrementarán los aranceles sobre pélets de pulpa de remolacha y guisantes secos, productos a los que actualmente los importadores no pagan aranceles o lo hacen a bajo precio.
Estas mercancías quedarán excluidas del acceso a los contingentes arancelarios de la Unión. Aunque el comercio de la UE con Rusia se ha disociado significativamente, todavía se desea «explorar posibilidades sobre qué más puede hacerse en el lado comercial» y recordó Valdis Dombrovskis, quien destacó que ya se ha retirado la cláusula de nación más favorecida a Rusia.
Esta medida coincide con el notable aumento en las importaciones de la UE de productos cerealeros procedentes de Rusia desde la invasión de Ucrania en febrero de 2022. A pesar de que Rusia sigue siendo un proveedor relativamente pequeño de estos productos al mercado de la UE, es uno de los principales productores y exportadores mundiales de los mismos.
Es esencialmente una nueva sanción contra Rusia y Bielorrusia que manifiesta una solidaridad sin reservas con Ucrania. Con esta acción, la UE espera proteger su mercado agrícola, prevenir una desestabilización del mismo y limitar la capacidad financiera de Rusia para sostener su conflicto en Ucrania.