Desde hace un cuarto de siglo, el centro de investigación y desarrollo de Coca-Cola en Bruselas se ha dedicado a perfeccionar sus recetas, cuidando cada detalle en un proceso que abarca desde laboratorios y pruebas de cata, hasta la producción final en embotelladoras que llegan a 122 países. Este compromiso con la calidad se traduce en productos que deben satisfacer las expectativas de millones de consumidores, lo que implica un trabajo arduo y meticuloso.
Estrategias de innovación y desarrollo
El centro de Bruselas es el segundo más grande de la empresa y atiende a un vasto mercado que incluye Europa, África, Eurasia y Oriente Medio, impactando así a aproximadamente 2.000 millones de personas. Un equipo multidisciplinario compuesto por más de 80 científicos y expertos de 26 nacionalidades, incluyendo representantes de España, se esfuerza por responder a las necesidades cambiantes de los consumidores. Una de las especialistas, Itziar Tolosa, directora de investigación y desarrollo de té, subraya cómo la actividad del centro está estrictamente alineada con la visión estratégica de la compañía.
Las opiniones de los consumidores juegan un papel crucial en este proceso. A través de un sistema que permite interpretar y ajustar las recetas, se buscan crear bebidas que logren el agrado del público. Para ello, la instalación cuenta con una sala de catas donde se realizan pruebas sensoriales con expertos, garantizando que cada bebida tenga el balance adecuado de aromas y sabores que esperan los consumidores.
Técnicas de laboratorio y escalado de producción
Además de las catas, parte del trabajo se desarrolla en un laboratorio y en una planta piloto, donde se escalan las fórmulas para producir hasta 200 litros al día. Este proceso es esencial para anticipar y resolver posibles problemas que podrían surgir al alcanzar la producción industrial en las embotelladoras, como ha destacado Stefan Valerius, uno de los responsables del centro.
La sala de catas se ha diseñado para individualizar la experiencia, utilizando paneles y tecnología que impide que los catadores se guíen por el color de las bebidas, lo que les permite centrarse totalmente en los sabores y aromas. Esto refleja la seriedad con la que Coca-Cola aborda la creación de sus productos.
Adaptaciones culturales en té y sabores
Coca-Cola no solo innova en términos de composición, sino que también toma en cuenta las preferencias culturales de diferentes países. Por ejemplo, el centro desarrolla una amplia gama de bebidas, desde zumos hasta tés fríos, adaptando las fórmulas a los gustos locales. En este sentido, en Francia se elige el té negro con melocotón, en Polonia se prefiere el té verde, y en Bélgica, se comercializa una versión carbonatada.
Desde Japón, que es conocido por ser un gran innovador en este campo, siempre llegan demandas de nuevas y emocionantes propuestas. En contraste, el mercado español muestra una preferencia por el «Fuze Tea Sabor Original», que se ha mantenido establea lo largo de los años. Tolosa menciona que, en 2010, se llevó a cabo un proyecto significativo para perfeccionar el sabor de limón que ahora da forma a la receta actual de esta bebida.
Impulsando el crecimiento en el sector de bebidas
De cara al futuro, Coca-Cola tiene la intención de ampliar sus esfuerzos en la categoría de bebidas de té, que ya se comercializan en 90 países. La empresa se ha propuesto duplicar el valor de esta categoría en España para el año 2030, un ambicioso objetivo que refleja el potencial de crecimiento de este sector, como ha indicado Edgar Escribá, director de marketing de Té en Coca-Cola Europa.
A través de investigaciones y grupos focales, la empresa reafirma su compromiso de entender y mantener las preferencias de los consumidores, asegurando que la fórmula original siga siendo la favorita entre los consumidores españoles.
En un mundo donde los gustos y preferencias continúan evolucionando, la capacidad de adaptación y el enfoque en la innovación son factores clave para sostener el interés del consumidor. El futuro de las bebidas de Coca-Cola sigue así un camino de exploración y respuesta ante un público cada vez más diverso y exigente. La industria espera, con gran interés, las nuevas propuestas que pudieran surgir de estos laboratorios de innovación.








