El cultivo de remolacha azucarera en España está en auge. Según las estimaciones proporcionadas por AB Azucarera y la cooperativa ACOR, las dos empresas principales de la molienda de remolacha para la producción de azúcar en el país, se espera que la siembra de este cultivo experimente una expansión del 20% anual en los próximos años.
La proyección optimista se basa en varios factores influenciadores: la rentabilidad actual del cultivo propiciada por los precios elevados del azúcar en los mercados, y las favorables condiciones de riego aseguradas por las recientes y abundantes precipitaciones.
Además, el incremento en la superficie dedicada a este cultivo oscila entre 22% y 28%. Esto se debe en gran medida a los altos precios del azúcar, aunque las reglas medioambientales de la Política Agraria Común (PAC) que promueven la rotación de cultivos también han jugado un papel determinante.
Muchos recuerdan que antes de este auge, la industria azucarera española tuvo que hacer frente a una etapa crítica: tras la liberalización de las cuotas de producción azucarera por parte de la UE, los precios cayeron de manera drástica en el 2017 y 2018, lo que originó una reducción considerable de la siembra.
Es importante señalar que la mayor parte de la producción remolachera se localiza en la región de Castilla y León, donde se ubican cuatro de las cinco fábricas azucareras que siguen en funcionamiento. Una notable excepción a este hecho es Jerez de la Frontera en Andalucía, sitio en el que se encuentra la única azucarera europea que moltura toda la remolacha de temporada veraniega.
Finalmente, no debemos pasar por alto que el favorable panorama para la remolacha azucarera también se presenta en el sur del país. Las buenas condiciones de humedad y la falta de restricciones de riego hacen que el pronóstico de producción en esta zona sea muy halagüeño.
