Resistencia, transformación y avance: La historia de 50 años de Bezoya
La popular agua de Bezoya se inició en la industria del agua mineral natural en España hace 50 años, siendo embotellada en botellas de PVC. Sin embargo, en la actualidad, se envasa en plástico reciclado, como parte de su compromiso con la sostenibilidad y como Testimonio para la gran transformación que la mencionada industria ha experimentado en las últimas décadas.
En la actual fábrica operada por el grupo Pascual en Ortigosa del Monte (Segovia), los procesos de fabricación ya se encuentran completamente automatizados. Hoy día, se cuenta con más puestos de trabajo técnicos y especializados en control de calidad, mantenimiento y análisis de datos, lo que ha repercutido directamente en el empleo.
Detrás de los cambios: La innovación en Bezoya
El cambio más relevante en la producción de Bezoya ha sido el material de origen de la botella. Anteriormente, se fabricaban con PVC, y la llegada del plástico reciclado supuso cambiar toda la estructura industrial y la manera de procesarlo. Esto permitió acelerar y mejorar los procesos de fabricación de las botellas.
En la actualidad, muchos parámetros son controlados al momento, de modo que cuando hay alguna desviación, el agua de entrada a los depósitos se corta y se desecha de manera automática, algo impensable hace cincuenta años.
Bezoya en la actualidad: Sostenibilidad y compromiso
Hoy en día, Bezoya, valorada en 187 millones de euros, emplea a unas 1.700 personas en sus plantas de embotellado en Ortigosa del Monte y Trescasas. Su agua, de mineralización muy débil, se recoge a 1.900 metros de altitud y solo se altera para filtrar los residuos sólidos en la fábrica.
Bezoya ha logrado facturar cerca de 140 millones de euros el año pasado, gracias al consumo anual de 133 litros per cápita que se registra en España. Con el objetivo de seguir creciendo, la compañía ha lanzado una nueva botella de 1,5 litros con un 5% menos de peso y está innovando en nuevos formatos como el «bag in box».
La empresa utiliza plástico 100% reciclado en todas sus botellas y ha adoptado medidas de sostenibilidad ambiental como el uso de energía de fuentes renovables y la valorización de sus residuos por completo para lograr la neutralidad en carbono.
Nadie dice que el camino de Bezoya ha sido sencillo, pero su transformación a lo largo de estas cinco décadas muestra que la adaptación a los cambios y el compromiso con la sostenibilidad han sido clave para su éxito. Así, parece estar preparando el terreno para futuros desafíos y conquistas.
