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Big data e IA: potenciando la productividad y sostenibilidad en la agricultura andina

La agricultura siempre ha sido el motor de las economías andinas, pero ahora, un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Bolivia insinúa que este antiguo oficio está preparado para un gran salto tecnológico. El BID ha puesto en valor el enorme potencial del sector agrícola y su capacidad para impulsar el desarrollo económico y social en estos países, en una nueva publicación titulada ‘Apostar por la agricultura para lograr una diversificación productiva’.

El estudio del BID se hace eco de una realidad que a menudo pasamos por alto: la agricultura, que ocupa entre el 20% y 40% de los territorios de Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, tiene una influencia significativa en la vida de millones de personas, en particular en las regiones rurales y zonas remotas. Su importancia radica en su aporte al crecimiento económico, a la creación de empleo y su probada resiliencia frente a situaciones adversas, como la reciente pandemia.

El giro tecnológico de la agricultura

Uno de los aspectos más destacados del informe es la mención de las ‘agritech’, empresas que emplean nuevas tecnologías para aumentar su eficiencia, productividad y sostenibilidad. Los avances tecnológicos como el big data, la inteligencia artificial, internet de las cosas y blockchain están cambiando la forma en que se practica la agricultura, con resultados impresionantes.

  1. Big data: El uso del análisis de datos a gran escala puede ayudar a optimizar las operaciones agrícolas, desde la predicción de patrones climáticos hasta la planificación de cultivos.
  2. Inteligencia artificial: Las herramientas basadas en IA pueden hacer que las prácticas agrícolas sean más eficientes y precisas, desde la monitorización del estado del suelo hasta la optimización del uso de los recursos.
  3. Internet de las cosas: Con la IoT, los agricultores pueden monitorizar en tiempo real diversos aspectos de sus campos, desde la humedad del suelo hasta el crecimiento de los cultivos.
  4. Blockchain: Esta tecnología puede aportar transparencia a la cadena de suministro agrícola, garantizando la trazabilidad de los productos desde el campo hasta el consumidor final.

Además de incrementar la productividad, estas tecnologías tienen el potencial de reducir el impacto medioambiental de la agricultura y, en algunos casos, pueden abrir el camino a la creación de nuevos productos.

Agricultura y descarbonización

El BID ve en la agricultura andina una oportunidad para impulsar la agenda de descarbonización. La adopción de prácticas más respetuosas con el medio ambiente puede ayudar a reducir las emisiones de carbono generadas por este sector, lo que es vital en el contexto actual de cambio climático.

Equidad de género y agricultura

En su informe, el BID también subraya la importancia de fomentar la equidad de género en la agricultura, señalando la necesidad de empoderar a las mujeres en este sector productivo. A través de medidas adecuadas, las mujeres pueden desempeñar un papel aún mayor en la transformación y desarrollo de la agricultura andina, contribuyendo a un crecimiento económico más inclusivo.

Hacia una agricultura más productiva y sostenible

No obstante, el informe no ignora los retos que enfrenta el sector agrícola en su camino hacia una mayor productividad y sostenibilidad. Aunque la adopción de tecnologías avanzadas ofrece un gran potencial, también existen obstáculos estructurales de larga duración que deben superarse. La limitada infraestructura multimodal de apoyo y algunos aspectos institucionales son cuestiones que necesitan atención.

La adopción de esquemas productivos inclusivos y amigables con el medio ambiente es vista como una estrategia clave para el desarrollo futuro del sector agrícola. Los países andinos poseen ventajas comparativas naturales en nichos de mercado como los superalimentos, el sector forestal y la agrotecnología, que pueden ser capitalizados para impulsar la transformación del sector.

Finalmente, el informe sugiere un cambio de enfoque en las prioridades y plazos de acción ante el cambio climático. La adaptación y la mitigación deben ser integradas en las políticas y estrategias agrícolas, reconociendo el papel central de la agricultura en la solución al desafío del cambio climático.

El BID deja claro en su estudio que la agricultura andina está en la cúspide de una nueva era. Un futuro donde la tecnología, la sostenibilidad y la inclusión social son los pilares de una agricultura más productiva y respetuosa con el medio ambiente. Ahora, la pelota está en el campo de los gobiernos y los actores del sector para poner en marcha las acciones necesarias para hacer realidad esta visión.

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