El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recientemente anunció una nueva estrategia para lidiar con el problema de la deforestación en la Amazonía. La idea central es proporcionar asistencia financiera a los municipios que se unan al esfuerzo de proteger el preciado bioma. Este nuevo plan es un esfuerzo colaborativo, involucrando no solo al gobierno, sino también a todo el estado brasileño.
«El problema de la deforestación no es del Gobierno, es de todo el Estado brasileño», afirmó Lula, reiterando que el cuidado de la mayor reserva forestal del mundo, que está bajo la custodia de Brasil, requiere la mejora de las condiciones financieras de los municipios. Las medidas de protección ambiental también deben considerar una parte social, en particular en regiones como la amazónica, que es hogar de unas 25 millones de personas.
La iniciativa está dotada con 730 millones de reales que serán financiados por el Fondo Amazonía, alimentado con donaciones de varios países. También incluye otras estrategias para mejorar la salud del ecosistema, como la donación de equipos y la formación de personal que trabajará directamente contra la deforestación y los incendios forestales. Según Lula, estas acciones se enmarcan en el compromiso adoptado por Brasil de llegar a 2030 con una tasa de tala ilegal «cero» en la Amazonía.
Este plan se suma a otras medidas ya adoptadas por Brasil desde que Lula volvió al poder el 1 de enero de 2023, y comenzó a restaurar los programas medioambientales que habían sido abandonados durante el mandato de su antecesor. El programa fue anunciado tras una reunión de funcionarios del Gobierno encargados de las políticas medioambientales con miembros del Comité Económico y Social Europeo, un organismo auxiliar de la Comisión Europea. La delegación europea ha llegado a Brasil para discutir una amplia agenda, que incluye la cooperación con el país en la lucha contra el cambio climático.
