Desde el 15 de noviembre, China exigirá que los importadores de brandy de origen europeo depositen una cantidad en las aduanas chinas, basada en márgenes de ‘dumping’ que oscilan entre el 30,6 % y el 39 %. Esta medida, que ya había sido anticipada en octubre, entrará en vigor después de que el Ministerio de Comercio chino actualizara la imposición de medidas ‘antidumping’ provisionales sobre este licor, que afecta principalmente a Francia.
Investigación sobre prácticas de ‘dumping’
La investigación iniciada el 5 de enero de este año reveló que los productores europeos habían estado vendiendo brandy en el mercado chino con márgenes de ‘dumping’ que decían representar una amenaza significativa para la industria local de brandy en el país. Esta situación, denunciada por las autoridades chinas, había llevado al país asiático a reconsiderar su postura inicial de no implementar medidas ‘antidumping’.
Resulta especialmente relevante que, a finales de agosto, China había afirmado que no habría aranceles provisionales tras comprobar la situación del mercado. Sin embargo, los cambios recientes indican un cambio de dirección en la política comercial del país, evidenciando la importancia que tiene la protección de su industria frente a la competencia internacional.
Impacto en la industria europea
A pesar de los nuevos aranceles, su impacto en España podría ser limitado, ya que las ventas de brandy al mercado chino representaron solo el 0,2 % de las exportaciones totales de bebidas espirituosas en 2023. Sin embargo, no se puede pasar por alto que China es el destino del 30 % del brandy español exportado, lo que pone de manifiesto que esta medida podría afectar la estrategia de los productores en esa región.
En este contexto, el 18 de julio pasado, el Ministerio de Comercio analizó los efectos industriales y el interés público relacionados con la importación de brandy europeo, lo que sugiere un enfoque selectivo por parte de Pekín en respuesta a los aranceles impuestos por la Unión Europea. Esta interacción entre las políticas comerciales de ambos lados deja entrever un delicado equilibrio que, de no manejarse con cuidado, podría desencadenar tensiones aún mayores.
Contexto de las relaciones comerciales
Además de las medidas aplicadas sobre el brandy, China ha lanzado otras investigaciones ‘antidumping’ que afectan a productos como lácteos y carne de cerdo provenientes de la UE. Estas acciones se interpretan como una respuesta directa a las fricciones comerciales que han surgido entre China y el bloque comunitario.
En este sentido, hay que destacar que Bruselas decidió aumentar las tasas de aduana a raíz del apoyo del Estado chino a las empresas que fabrican automóviles eléctricos. Esta medida, que también incide en el delicado tablero comercial, ha sido motivo de debate en la Unión Europea, donde se han escuchado opiniones divergentes sobre cómo debería ser la respuesta ante estas prácticas que afectan a la industria europea.
Navegando por la complejidad de los aranceles
Francia, por su parte, ha calificado la iniciativa de la Comisión Europea para aumentar los aranceles a los coches eléctricos chinos como «proporcionada y calibrada», una postura que se muestra en contraposición a la de Alemania, reflejando así la diversidad de intereses dentro del propio bloque europeo.
Las decisiones que tomen estos órganos no solo influirán en la economía de varios países, sino que también afectarán a la dinámica de las relaciones comerciales globales, en un momento en que el comercio internacional se enfrenta a numerosos desafíos.
Con más de un siglo de historia en la producción de brandy, esta situación resalta la vulnerabilidad de las industrias tradicionales ante las nuevas políticas comerciales. A medida que el panorama global se vuelve más complejo, resulta intrigante observar cómo se desarrollarán estas relaciones y cuál será el impacto a largo plazo en la agricultura y la producción de bebidas alcohólicas en Europa y más allá. Sin duda, este es un tema que merece seguir de cerca.