En el primer semestre de 2024, el comercio ilícito de cigarrillos ha registrado un incremento del 0,5% respecto al mismo período del año anterior, alcanzando un 5,2% del consumo total. Este aumento, equivalente a una pérdida de ingresos estimada en impuestos de 212 millones de euros, se ha producido pese a un decrecimiento en la falsificación de cigarrillos y en la cantidad de fábricas ilegales.
Según la Encuesta de Paquetes Vacíos (EPS), llevada a cabo por la consultora Ipsos e impulsada por la tabaquera Altadis-Imperial Brands, aunque el volumen de falso consumo de cigarrillos sobre el total bajó de un 1,2% a un 1,1%, el peso de las falsificaciones dentro del total del comercio ilícito experimentó una caída de 4,37 puntos.
Por otro lado, en el fenómeno de las fábricas ilegales en España, se ha registrado un descenso en el primer semestre de 2024 respecto al mismo trimestre del año pasado, pasando de 15 a 11 instalaciones clandestinas.
A pesar de la disminución en algunos sectores, la tabaquera Altadis-Imperial Brands ha expresado su preocupación por cambios bruscos en la tendencia, tomando como ejemplo el caso de Francia, donde medidas fiscales y de empaquetado desencadenaron un notable aumento en el tráfico ilícito de cigarrillos en solo siete años.
Analizando el consumo ilegal de tabaco por regiones, el estudio destaca a Andalucía como la zona más afectada por esta práctica, donde el consumo irregular representa un 15,4% del volumen total de cigarrillos. No solo es la región con mayor volumen de consumo ilegal, sino que también es la que ha registrado el mayor crecimiento.
Además, otras regiones como Cataluña, Castilla y León, Navarra, Cantabria, Murcia, Castilla-La Mancha y La Rioja también han experimentado un aumento en el comercio ilícito comparado con el mismo período del año anterior.
En cuanto a la procedencia del tabaco ilícito consumido en España, Gibraltar ha reducido notablemente su peso como origen, pasando del 67% al 7,6% en comparación al primer semestre de 2021.
Para finalizar, la encuesta EPS recoge cajas usadas de cigarrillos en calles y papeleras en ciudades de más de 200,000 habitantes para determinar si llevan el sello fiscal del Ministerio de Hacienda y enviarlas a los fabricantes para que certifiquen su autenticidad.
A pesar de que el comercio ilícito de cigarrillos se ha reducido en más de la mitad en los últimos diez años, este es un fenómeno que puede cambiar rápidamente si las condiciones actuales se alteran. Queda pendiente el análisis de los futuros datos ofrecidos por la encuesta EPS para obtener una visión más completa de la evolución del comercio ilícito en el ámbito del tabaco.