Las sofocantes temperaturas del verano solían garantizar la popularidad del gazpacho y el salmorejo en las neveras de los hogares españoles. Sin embargo, de acuerdo con los datos de la consultora Circana, el consumo de estas dos refrescantes recetas ha caído un 8% este año. Esta disminución se produce a pesar de los esfuerzos de los fabricantes por replicar el sabor casero de estos platos. En el período que va de junio de 2023 a mayo de 2024, los españoles consumieron en total 71.157.304 litros de gazpacho, lo que supone un descenso del 8,3% respecto al período anterior.
La creciente inflación se estaba señalado como la causa principal de este cambio. Aunque la disminución en el consumo de gazpacho y salmorejo no se ha traducido en una reducción del gasto en alimentación. Por el contrario, el total de España gastó 177,5 millones de euros, un 1,3% más que el período anterior.
Estos deliciosos platos fríos son sinónimo del verano en España, con más del 54% del gazpacho y 47,5% de salmorejo consumidos entre junio, julio y agosto. Pero la inflación está forzando en los consumidores la necesidad de ajustar sus presupuestos. A pesar de la disminución en el consumo de gazpacho y salmorejo, los españoles gastaron más de 1.021 millones de euros en helados este año, un aumento de casi el 11% respecto al año anterior.
Las «ayudas culinarias» están ganando popularidad mientras los españoles buscan formas de ahorrar tiempo en la cocina. Esta tendencia también se refleja en un informe de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde se concluye que los hogares españoles están recurriendo cada vez más a salsas prefabricadas, caldos envasados y platos listos para comer o calentar.
De hecho, el informe señala que el 30% de las comidas y cenas en casa son alimentos que se consumen sin cocinar o en frío. Parece que la comodidad, la frescura y los cambios en los hábitos de consumo para navegar en la inflación se suman para alterar la cesta de la compra veraniega tradicional de los españoles. Con los altos precios y los cambios en los hábitos alimentarios, la típica nevera de verano en España está tomando un aspecto ligeramente diferente este año.