Los municipios rurales de España están atravesando un momento crítico, y sus habitantes han expresado preocupaciones sobre cómo han evolucionado los servicios básicos en sus comunidades. En un reciente estudio sobre la percepción de avances en el entorno rural, se ha revelado que los médicos, las entidades bancarias y los comercios son percibidos como los servicios que más han empeorado en los últimos seis años.
El informe y su significado
Este significativo análisis se presenta coincidiendo con el sexto aniversario de «La revuelta de la España vaciada», un movimiento que ha llevado a millones a manifestarse por el reconocimiento y las necesidades de las zonas rurales. El estudio, realizado por la Cátedra Estrella Galicia Desarrollo Rural, recoge las opiniones de 605 representantes de distintos sectores rurales, desde administraciones locales hasta plataformas de emprendedores y periodistas.
El evento en el que se presentó el informe tuvo lugar en el Senado y ha generado un amplio eco en el discurso público sobre el desarrollo rural. ¿Qué está pasando realmente en estas comunidades? Aparentemente, la evolución ha sido cualitativa pero no siempre cuantitativa.
Percepción de avance y retroceso
A pesar de una percepción mixta, más de la mitad de los encuestados (52.11 %) considera que se han producido ciertos avances en su entorno. Sin embargo, es crucial señalar que el 41.20 % de esos avances son considerados mínimos, mientras que solo un 10.91 % identifica que la situación ha mejorado de forma notable. Por otro lado, el 21.83 % sostiene que la situación ha empeorado y un 26.06 % opina que se ha mantenido igual.
El presidente de Next Educación, Manuel Campo Vidal, destacó los sentimientos «contradictorios» reflejados en el estudio, lo cual pone de manifiesto la complejidad de los cambios en el ámbito rural. Por su parte, Pedro Rollán, presidente del Senado, se mostró optimista sobre la creciente sensibilización hacia los problemas del entorno rural.
Servicios en crisis
Sin lugar a dudas, un área crítica abordada en el estudio son los servicios. Más del 67 % de los encuestados consideran que el comercio local ha retrocedido, un 59 % opina lo mismo sobre las entidades bancarias y un 57.2 % señala que los servicios médicos son los más afectados. Es importante resaltar que la mitad de los encuestados admitieron haber recurrido a seguros privados, lo que demuestra la falta de confianza en los servicios públicos.
En cuanto a la educación, un 31.63 % también ha notado un deterioro en las escuelas, seguido por un 13.14 % que menciona a las entidades aseguradoras y un 11.14 % que se refiere a las farmacias. En contraposición, aquellos servicios que se mantienen más firmes en la percepción de los participantes incluyen bares (53.23 %), farmacias (48.78 %), la Guardia Civil (44.32 %), Correos (39.87 %) y gasolineras (31.18 %).
Un rayo de esperanza
A pesar del panorama complicado, hay razones para el optimismo. Un 56.35 % de los encuestados señala que la creciente atención mediática sobre los problemas del mundo rural es un paso positivo hacia el cambio. Además, el 46.33 % destaca la mayor conciencia de la población, y un 19.60 % menciona la creación de la Secretaría General de Reto Demográfico como un logro relevante.
Sin embargo, el 62.14 % expresa que la descoordinación entre Administraciones es uno de los principales obstáculos, seguido de la lentitud burocrática que afecta el avance de proyectos necesarios en el ámbito rural. La falta de financiación y la carencia de proyectos emprendedores también contribuyen a esta situación crítica.
En busca de soluciones
El estudio refleja que un 36.75 % de los encuestados no ve intervenciones positivas; sin embargo, aquellos que sí las identifican atribuyen el mérito principalmente a las diputaciones (37.42 %). Otras entidades, como las bancarias e incluso Correos, reciben menciones menos favorables.
En conclusión, las comunidades rurales atraviesan un momento crucial que requiere atención inmediata. La combinación de sentimientos de esperanza mezclados con preocupaciones concretas sobre servicios y desarrollo muestra una realidad compleja. ¿Cómo podrán las administraciones y los ciudadanos trabajar juntos para abordar estos desafíos? La conversación está abierta y el futuro del campo dependerá de las decisiones que tomemos hoy.








