La agricultura ha cerrado 2024 con un total de **125.900 parados**, lo que representa una disminución de **1.900 personas** en comparación con finales de 2023. Esta cifra se traduce en un **descenso del paro del 1,52 %** en el último año, de acuerdo con la **Encuesta de Población Activa (EPA)** publicada recientemente. Aún así, el sector ha registrado **56.600 empleos menos** en términos anuales, es decir, una reducción del **7,13 %** de la fuerza laboral agrícola.
Datos preocupantes sobre el desempleo agrícola
Los datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que, en el cuarto trimestre del año, el número de desempleados en la agricultura experimentó una caída significativa del **11,37 %** en comparación con el trimestre anterior, lo que equivale a **16.200 menos** desempleados. Estos números, sin embargo, contrastan con la tendencia de crecimiento general del empleo en otros sectores.
Este contraste se acentúa al observar que durante 2024, el empleo en el mercado laboral ha aumentado en **468.100 puestos**, alcanzando un nuevo récord con **21,85 millones de ocupados** en total. Es notable cómo, mientras la tasa de paro general se ha reducido al **10,6 %**, el sector agrícola enfrenta una pérdida considerable de empleos, lo que refleja una situación preocupante para quienes dependen de este sector.
Un panorama laboral global positivo
En el contexto más amplio, la caída en el desempleo ha sido evidente, ya que **2,59 millones de personas** se encuentran sin trabajo en el país. La EPA indica que el desempleo bajó en **265.300 personas** durante 2024, y se registró un descenso trimestral del **5,76 %** con una reducción de **158.600 desempleados**. Este escenario de recuperación laboral, en el que el empleo ha ganado **34.800 ocupados** en los últimos meses del año, contrasta marcadamente con los retos que enfrenta la agricultura.
Es evidente que, aunque la economía muestra signos de recuperación y expansión, la agricultura parece quedar rezagada en esta dinámica positiva. ¿A qué se debe entonces este fenómeno? Las razones podrían ser múltiples, incluyendo los cambios climáticos, la demanda internacional de productos agrícolas o la modernización de la maquinaria agrícola que requiere menos mano de obra.
El futuro del empleo agrícola
La ocupación en la agricultura al finalizar 2024 se posiciona en **736.900 empleos**, lo que refleja un **0,44 % de incremento** en comparación con el tercer trimestre del año. Sin embargo, la reducción anual de **56.600 empleos** viene a ser un telegráfico recordatorio de que se necesitan políticas efectivas y sostenibles para revitalizar el campo.
Ante este panorama, es crucial que tanto agricultores como responsables de política agrícola trabajen juntos para encontrar soluciones que ayuden a reestructurar y modernizar el sector, pues la seguridad laboral de miles de trabajadores depende de ello. La colaboración en iniciativas que fomenten la innovación y la capacitación en habilidades es una de las estrategias que podría impulsar la creación de empleo en el sector agrícola.
Uno de los grandes desafíos para la agricultura en los próximos años será adaptarse a un entorno cambiante y anticipar las necesidades futuras del mercado labores. A medida que el sector se enfrenta a diversos obstáculos, desde la digitalización hasta la sostenibilidad ambiental, cada paso que se dé hacia la innovación será fundamental para asegurar un futuro más brillante para los trabajadores agrícolas.
La sostenibilidad será un tema clave que, además de influir en la producción, tendrá un enorme impacto en la generación de empleo. Mantener un enfoque en prácticas agrícolas responsables no solo es necesaria para la salud del planeta, sino que también podría resultar en nuevas oportunidades laborales en un contexto donde el valor de la producción sostenible es cada vez más apreciado. Con ello, en la agricultura se abren puertas para nuevas generaciones que buscan contribuir a un sistema alimentario más eficiente y saludable.








