La industria alimentaria española ha pasado por momentos complicados como consecuencia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, un proceso que comenzó hace cinco años. Este impacto se ha ido agudizando con el tiempo, especialmente con la introducción de nuevos requisitos desde 2024, que han llevado a una notable disminución de las ventas al país británico, registrando un retroceso del 18,6 % en volumen.
Caída en el volumen de exportaciones
Los datos hablan por sí solos: en 2023, las exportaciones agroalimentarias y pesqueras de España hacia el Reino Unido cayeron un 11 %, descendiendo a 2,38 millones de toneladas. Aunque el valor total de estas ventas subió un 3,9 %, la disminución en volumen en comparación con 2019 es drástica, alcanzando esa cifra del 18,6 %. Esta caída ha despojado al mercado británico de su tradicional posición como tercer o cuarto destino más importante para las exportaciones españolas.
Nuevos controles y requisitos por el Brexit
Desde hace un año, el Reino Unido ha implementado nuevos controles fronterizos que impactan en las importaciones de alimentos y productos animales. Estos controles incluyen la necesidad de notificaciones previas, así como certificados sanitarios y fitosanitarios. Las empresas españolas han recibido apoyo del gobierno para adaptarse a estos cambios, aunque han señalado que la implementación ha sido "desigual" y ha golpeado especialmente a las pequeñas y medianas empresas.
La obligatoriedad de incluir una dirección física en el Reino Unido en el etiquetado de los productos representa otra barrera que causa preocupación. Este proceso no solo resulta costoso, sino que también desincentiva a muchas empresas a continuar operando en ese mercado. A esto se suman complicaciones en la gestión del IVA y desafíos logísticos, llevándolas a crear sociedades filiales o contratar servicios de almacenamiento en el Reino Unido.
Impacto por sectores
Los sectores más afectados son aquellos que tradicionalmente exportan al Reino Unido, como las frutas, hortalizas, vino y aceite de oliva. Desde 2019, el sector hortofrutícola ha vivido un descenso de exportaciones de 1,6 a 1,3 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 17 %. Esta tendencia no es exclusiva de España, ya que otros países europeos como Países Bajos, Bélgica, Italia y Francia también han visto caer sus exportaciones a este mercado.
El director de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas ha subrayado que la pérdida de competitividad es preocupante, en parte debido a una Política Agraria Común que no favorece al sector. Resaltan que, además, las importaciones británicas de terceros países han aumentado, perjudicando aún más la posición española en el mercado.
Perspectivas y adaptaciones de la industria
No obstante, la industria alimentaria no se rinde fácilmente. En su esfuerzo por recuperar el terreno perdido, se están promoviendo relaciones institucionales para reforzar el comercio bilateral y buscar un retorno a la dinámica anterior al Brexit. La esperanza sigue viva en varios sectores, como el del aceite de oliva, que ha informado sobre una buena adaptación a los cambios, a pesar de una "confusión inicial".
Por otro lado, el sector del vino ha mantenido su optimismo, considerando que el Reino Unido sigue siendo un mercado crucial en términos de valor. La aceptación de estándares internacionales de elaboración y análisis fue clave durante la negociación de salida, aunque la subida de las tasas a los vinos genera inquietudes.
Futuras negociaciones en la pesca
El sector pesquero, por su parte, mantiene la mirada en las futuras negociaciones post-Brexit. Las asociaciones de pescadores han solicitado a la Comisión Europea directrices claras para asegurar la estabilidad y seguridad jurídica. La preocupación es que, a medida que avanza el tiempo, sea necesario establecer un acuerdo con el Reino Unido antes de finales de 2025 que asegure recursos en aguas compartidas y relacione el acceso de productos británicos al cumplimiento de regulaciones pesqueras.
¿Te has dado cuenta de cómo estos cambios han remodelado el panorama del comercio agroalimentario entre España y el Reino Unido? Aunque los desafíos son significativos, la adaptación y la búsqueda de nuevas oportunidades se convierten en la clave para seguir adelante en este contexto cambiante. Las dinámicas del mercado están en constante evolución y, a medida que el sector navega por estas aguas, los futuros desarrollos podrían abrir nuevas oportunidades inesperadas.








