El desempleo en el sector agrícola ha mostrado un ligero descenso en los últimos meses, ofreciendo un respiro a muchos trabajadores. En mayo, el paro en el sector agrícola se redujo en un 2,77 %, equivalente a 2.259 personas menos respecto a abril, lo que coloca la cifra total de desempleados en 79.227. Este dato positivo fue revelado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Variaciones en el mercado laboral
En el contexto más amplio de la economía española, el paro registrado también ha experimentado una notable disminución. Se registró una caída de 57.835 personas, lo que representa un 6 % menos en comparación con abril. El número total de desempleados en el país se sitúa ahora en 2.454.883, un descenso que permite cruzar la barrera de los 2,5 millones de parados por primera vez desde julio de 2008.
Sin embargo, al observar la variación anual del paro, el sector agrícola ha presentado una cifra negativa del -13,47 %, reflejando que hay 12.337 desempleados menos en comparación con mayo del año anterior. Esto plantea un interrogante: ¿qué factores están influyendo en esta mejora en el empleo agrícola?
Contratos y demanda de empleo
El panorama laboral en la agricultura no se limita al desempleo. En mayo, se registraron 133.824 contratos, lo que equivale a un 24,21 % más que en abril, aunque representa un 7,03 % menos que en mayo de 2024. Es remarcable que 66.882 de estos contratos fueron de tipo indefinido, mostrando una variación mensual positiva del 11,76 %, aunque con una caída anual del 11,25 %.
Además, los contratos temporales han seguido la tendencia contraria, creciendo 39,76 % en comparación con el mes anterior, aunque con una disminución anual del 2,39 %. Este aumento en la temporalidad podría ser un indicativo de las fluctuaciones estacionales propias del sector.
Afiliación al sistema de seguridad social
La afiliación media a la Seguridad Social en el sector de la agricultura, ganadería y pesca se situó en 1.028.648 personas en mayo, con una pequeña disminución de 579 trabajadores respecto a abril. Este dato evidenció la resiliencia del mercado laboral en este sector, pese a los altibajos.
Dentro de esta cifra total, 698.344 corresponden al Sistema Especial Agrario (SEA), que ha crecido un 2,68 % respecto al mes anterior, aunque ha disminuido 1,59 % en comparación con mayo de 2024. Esto pone de manifiesto las tensiones y cambios existentes en la dinámica del trabajo agrícola.
En contraste, la afiliación al régimen general en agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca alcanzó 88.208 personas, lo que supone un crecimiento del 2,43 % en comparación con abril y un 4,63 % más que en mayo de 2024.
El impacto del desempleo en la agricultura no nacional
Un aspecto importante a considerar es el estado del paro agrícola entre los trabajadores de nacionalidad no española, que afectó a 16.808 personas en mayo. Esta cifra representa una caída del 1,85 % en comparación con abril y un 13,95 % menos respecto al mismo mes del año anterior. La reducción del desempleo entre estos trabajadores plantea interrogantes sobre los cambios en las políticas migratorias y laborales que afectan al sector.
Reflexionando sobre el futuro del empleo agrícola
Aunque los datos muestran un ligero optimismo en el empleo dentro del sector agrícola, también se evidencian algunos desafíos que persisten. Con el número de demandantes de empleo no ocupados llegando a 97.589, es evidente que aún hay un importante margen de mejora en el sector. La comparación con los datos históricos sugiere que la recuperación es posible, pero requiere un enfoque concertado por parte de los responsables de la política agrícola y económica.
Así, en este contexto cambiantes, es crucial mantener un diálogo abierto sobre cómo optimizar las condiciones laborales y garantizar un futuro sostenible para el sector agrícola. La evolución de estos datos será igualmente interesante en los próximos meses. ¿Podrán las políticas implementadas lograr mantener esta tendencia a la baja en el desempleo agrícola? Te invitamos a seguir explorando cómo estas decisiones impactan en el campo y, por ende, en toda la economía.