Valencia y Córdoba han sido el escenario del taller internacional titulado ‘Colaboración estratégica para la producción sostenible de trigo: Desafíos globales en la OCDE’, que tuvo lugar del 1 al 3 de octubre. El evento reunió a más de 70 expertos de 12 países de la OCDE, abarcando desde investigadores y tecnólogos de alimentos hasta responsables de programas de mejora genética.
La edición de este encuentro fue coordinada por la Conexión Trigo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y apoyada por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC) y el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC). Este foro se financia a través del Programa de investigación cooperativo: Agricultura sostenible y sistemas alimentarios de la OCDE.
Innovaciones en la producción de trigo
Durante los tres días de debate, se examinaron los últimos avances en áreas como la genómica, la edición génica y la fenómica, subrayando el papel del trigo como un cultivo crucial ante desafíos como el cambio climático y la seguridad alimentaria. Entre las ponencias destacadas, el doctor Simon Griffiths del John Innes Centre, Reino Unido, presentó el impacto de las tecnologías ómicas en el desarrollo del trigo moderno.
El doctor Richard Cuthbert de Agriculture and Agri-Food Canada compartió avances en selección genómica, mientras que la doctora Francisca Castillo de Neocrop Technologies expuso los primeros casos de trigo editado por Crispr que ha sido aprobado para su comercialización en América Latina.
Desafíos y soluciones de la agricultura sostenible
Las discusiones también abordaron aspectos fundamentales como la resiliencia frente a sequías y temperaturas extremas, la adaptación al cambio climático, y la producción de alimentos más saludables. Se mencionó el potencial de la inteligencia artificial y técnicas avanzadas de fenotipado para acelerar el desarrollo de variedades de trigo más productivas y nutritivas.
Rosa María Morcuende, coordinadora del evento del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca, destacó la relevancia de estudiar variedades tradicionales. Estas constituyen una fuente de diversidad genética que, junto a nuevas tecnologías, puede ayudar en el desarrollo de variedades de trigo más resilientes. «La integración de estas técnicas es crucial para identificar características que contribuyan a la tolerancia al estrés y, por ende, a la seguridad alimentaria», afirmó.
Colaboración científica para un futuro sostenible
Este taller se erige como un ejemplo de cooperación internacional promovido por la OCDE, fortaleciendo las relaciones entre grupos de investigación y empresas del sector del trigo. Francisco Barro del IAS-CSIC indicó que el evento resalta la necesidad de colaboración científica para enfrentar los retos de la producción agrícola sostenible, asegurando el futuro del trigo como alimento esencial.
Una de las conclusiones más relevantes del encuentro fue la necesidad de establecer un marco de referencia común sobre sostenibilidad entre los países de la OCDE. Esta armonización resulta fundamental para abordar de manera efectiva los desafíos globales en la producción agrícola.