La campaña "Safe2Eat", promovida por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan), se reitera en 2025 con un compromiso sólido hacia la educación de los consumidores. Este esfuerzo conjunto busca fortalecer la confianza del público en materia de seguridad alimentaria y se expande a 23 países, un notable incremento respecto a los 18 países que participaron en 2024. Este avance representa un paso significativo en su misión de empoderar a más europeos en la elección de sus alimentos.
Ampliación del alcance de la campaña
Una de las principales novedades de este año es la expansión geográfica de la iniciativa. A medida que la campaña busca alcanzar y educar a un mayor número de consumidores, se prepara para llegar a un público más amplio y diverso. El director ejecutivo de la EFSA, Bernhard Url, subraya la importancia de ayudar a las personas a sentirse capacitados para tomar decisiones informadas en un panorama alimentario que es cada vez más complejo.
En un contexto donde el conocimiento sobre la seguridad alimentaria se convierte en algo fundamental, es esencial que los consumidores comprendan el papel vital de la ciencia y la tecnología. La campaña planteará temas que responden a las principales preocupaciones de los consumidores, como la ciencia detrás de la seguridad alimentaria, la necesidad de un etiquetado claro y las ventajas de la reducción del desperdicio de alimentos.
Compromiso con la educación accesible
La EFSA, Aesan y sus aliados planean implementar nuevos recursos que faciliten el acceso a la información sobre seguridad alimentaria. Estos recursos serán fáciles de entender y estarán adaptados a diferentes contextos demográficos y culturales, lo que permitirá que más personas se familiaricen con el tema.
Este enfoque inclusivo no solo busca informar, sino también motivar a los consumidores a actuar de manera responsable. Incidir en la importancia de la educación sobre seguridad alimentaria puede marcar la diferencia en cómo se perciben y se eligen los alimentos. La campaña pretende crear un entorno donde los consumidores, empoderados por información fundamentada, tomen decisiones benéficas para su salud y el medio ambiente.
Países participantes en la campaña
El alcance de la campaña "Safe2Eat" abarca un número significativo de países europeos. Entre ellos se encuentran Albania, Austria, Bélgica, Bosnia y Herzegovina, Chequia, Chipre, Croacia, Eslovaquia, España, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Montenegro, Noruega, Polonia, Rumanía y Turquía. Cada uno de estos países tendrá acceso a la campaña y a los materiales educativos diseñados para fomentar una mejor comprensión de la seguridad alimentaria.
Esta diversidad de naciones resalta la importancia del tema, que trasciende fronteras y se convierte en un reto colectivo. Al impulsar la participación de varios países, se espera que más ciudadanos se tornen conscientes de la necesidad de elegir alimentos que no son solo accesibles, sino también seguros y éticamente producidos.
Un entorno alimentario en transformación
Con el panorama actual de la industria alimentaria en continua evolución, los consumidores enfrentan desafíos relacionados con la calidad y la seguridad de lo que consumen. Ante ello, iniciativas como "Safe2Eat" no solo ofrecen información, sino que también fomentan una relación más estrecha entre los consumidores y los productores.
La campaña también enfatiza la relevancia de tomar decisiones informadas. En un mundo donde el acceso a la información es más fácil que nunca, los consumidores tienen la oportunidad de ser parte activa del proceso alimentario al optar por productos que cumplen con estándares de seguridad y sostenibilidad. Esto no solo influye en la salud personal, sino también en la del planeta.
El avance de la campaña y la capacidad de los consumidores para tomar decisiones informadas reflejan un compromiso colectivo hacia una mejor seguridad alimentaria. La participación activa de los ciudadanos, junto con la colaboración de organizaciones clave y gobiernos, puede generar un cambio positivo en la forma en que nos relacionamos con los alimentos que consumimos diariamente. La educación y la transparencia son pilares fundamentales para construir un futuro alimentario más sostenible y seguro.








