La situación de los recursos pesqueros a nivel mundial presenta un panorama inquietante. Aunque casi dos terceras partes de los caladeros del mundo están gestionados de manera sostenible, la sobreexplotación pesquera sigue en aumento, registrando un crecimiento promedio del 1 % anual. Esta es una de las conclusiones del último informe de la FAO, presentado en la reciente cumbre de los Océanos en Niza.
El estado de las pesquerías globales
Un análisis realizado sobre 2.570 pesquerías a nivel mundial revela que el 64,5 % de las áreas estudiadas permite la regeneración de sus poblaciones; sin embargo, un 35,5 % está sumido en la sobreexplotación. La pesquería sostenible se refleja de manera más positiva cuando se consideran los desembarcos de 2021, donde se constató que el 77,2 % de las capturas se vienen realizando de forma sustentable.
Esto pone de manifiesto que los sistemas de gestión científica eficaz no solo contribuyen a la sostenibilidad, sino que también están alineados con las políticas de conservación necesarias para asegurar la salud de los océanos. “Una gestión efectiva es la herramienta más potente para conservar los recursos pesqueros”, afirmaba Qu Dongyu, director general de la FAO. Este dato es crucial para los gobiernos, quienes ahora tienen a su disposición un conjunto de evidencias que pueden fundamentar sus políticas pesqueras.
Pesquerías con gestión efectiva vs. sobreexplotadas
El informe menciona grandes diferencias entre las pesquerías con y sin controles efectivos. En los años 70, solo un 10 % de las pesquerías estaban sobreexplotadas; la falta de gestión ha incrementado esa cifra considerablemente. En contraste, las áreas que han incorporado prácticas basadas en el conocimiento científico muestran las mayores tasas de sostenibilidad.
Por ejemplo, la región del noreste del Pacífico destaca por su éxito: un impresionante 92,7 % de sus caladeros se encuentran en una situación sostenible. De manera similar, en el sureste del Pacífico, que incluye desde las costas australianas hasta buena parte de Oceanía, el porcentaje es del 85 %. Y si se consideran los desembarcos, las cifras de sostenibilidad suben a un asombroso 99 % en una región y 95,7 % en la otra.
Desafíos en el Mediterráneo y experiencias exitosas en la Antártida
A pesar de estos logros, el panorama no es idéntico en todas partes. El Mediterráneo y el mar Negro enfrentan enormes desafíos, con solo un 35,1 % de sus recursos considerados sostenibles. El esfuerzo pesquero ha disminuido un 30 % en la última década gracias a políticas de control más estrictas, lo que ha permitido un repunte del 15 % en la recuperación de los recursos.
Mientras tanto, en las regiones antárticas se observa un éxito rotundo, ya que el 100 % de los caladeros están en una situación sostenible, un objetivo que la FAO aspira a alcanzar en todo el mundo. Aunque la pesca en estas aguas tiene un impacto mínimo en cifras totales, sirve como un ejemplo palpable de lo achievable que es el manejo sostenible cuando hay cooperación internacional y políticas de gestión activa en marcha.
Las claves del futuro pesquero sostenible
Al observar el sureste del Pacífico, una de las áreas más productivas a nivel global, las estadísticas generan alarma. De los 97 caladeros examinados, un 53,6 % están sobreexplotados. La historia de esta zona es curiosa, ya que entre 1950 y 1970 se registró una expansión notable de las capturas, seguida de un colapso significativo de la anchoa, lo que lleva a reflexionar sobre las consecuencias de una gestión irregular.
Así, ante este complejo escenario, es vital poner en práctica políticas de conservación que se fundamenten en datos científicamente respaldados. Las experiencias exitosas deben ser estudiadas y replicadas en otras regiones. ¿Podrían estas medidas contribuir a revertir el efecto acumulativo de años de sobreexplotación?
La situación actual no solo refleja un estado crítico, sino que también ofrece valiosas lecciones sobre la importancia de la gestión pesquera basada en evidencia. El desafío sigue siendo enorme, pero con el enfoque correcto, un futuro sostenible en nuestros océanos es sin duda una meta factible. Queda mucho por hacer, pero es posible cambiar el rumbo. ¿Estás dispuesto a explorar más sobre este crucial tema?








