La siniestralidad agraria en 2024 ha mostrado una tendencia notable hacia una disminución en comparación con el año anterior. Según el análisis de la situación hasta el 30 de noviembre, la superficie afectada por eventos climáticos adversos se ha reducido en un 52% en comparación con 2023, un año marcado por una sequía severa que devastó muchos cultivos y dejó a los agricultores en una situación crítica. A pesar de la reciente dana que impactó a Valencia, el panorama general sigue siendo favorable.
Números que revelan la situación
Por ahora, se reportan 1.644.395 hectáreas dañadas debido a inundaciones, sequías, pedriscos o heladas, lo que se traduce en indemnizaciones previstas de 677 millones de euros. Este monto representa una disminución del 42% respecto al año pasado, cuando a estas alturas los pagos por daños se estimaban en más de 1.170 millones de euros. A lo largo de este año, las cifras revelan una tendencia positiva en cuanto a la recuperación de las tierras.
En cuanto al total de siniestros, se han presentado hasta el momento 1.463.279 partes ante Agroseguro, mostrando solo una caída del 7.6% en comparación con 2023. Esto sugiere que, aunque ha habido menos siniestros, la gravedad de los mismos ha disminuido, lo que representa una buena noticia para el sector agrícola y ganadero.
Impacto de la dana en la producción
El análisis de la situación del campo no puede obviar el impacto de la dana que azotó la Comunidad Valenciana el 29 de octubre. Este fenómeno meteorológico se categoriza como de "muy alta intensidad", y trajo consigo precipitaciones torrenciales y vientos robustos, causando daños significativos en la agricultura y diversas infraestructuras en zonas urbanas.
Agroseguro ha documentado que los daños más relevantes se dieron en la producción de caquis, cítricos y hortalizas, principalmente en la provincia de Valencia. Las lluvias intensas, que en algunos lugares superaron los 400 l/m², ocasionaron crecidas y desbordamientos que llevaron a la destrucción de cultivos en plena recolección. Además, también se vieron afectadas infraestructuras de invernaderos y otras producciones agrícolas.
Comparativa por cultivos
En el desglose por tipos de cultivos, los herbáceos son los que registran la mayor caída en las indemnizaciones, con una acumulación actual de 121,33 millones de euros, en comparación con los 474 millones del mismo periodo del año anterior. Por otro lado, los cítricos, que suelen ser uno de los pilares de esta región, han tenido un desempeño más positivo, registrando hasta la fecha 62 millones en indemnizaciones frente a los casi 90 millones del año pasado.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Un cultivo que ha destacado en este año es el caqui, que ha tenido un incremento significativo en la previsión de indemnización, alcanzando 43,59 millones de euros, un 45,70% más que en 2023. Este tipo de datos revela cómo la capacidad de adaptación y resiliencia del sector agrícola puede ser clave en años con condiciones adversas.
Reflexiones finales
Aunque 2024 ha iniciado con cifras alentadoras, el sector agrícola siempre debe estar preparado para lo inesperado. La comprensión de estos datos y el análisis de eventos climáticos son esenciales para ayudar a los agricultores a tomar decisiones informadas y adaptarse a un entorno en constante cambio. La reducción en la siniestralidad agraria es un respiro para muchos, pero el camino hacia la estabilidad y el crecimiento sigue presentando desafíos y oportunidades para el futuro del campo español.