La flota pesquera de la Unión Europea se encuentra en una encrucijada crítica. Con 70.986 barcos, de los cuales solamente 52.800 están activos, es palpable el desafío que enfrenta el sector. Desde el año 2000, la flota ha sufrido una disminución del 28% en sus buques y un 33% en el empleo, según informes de la Comisión Europea y de la ONU. ¿Cómo se han llegado a estas cifras alarmantes? Muchos sectores de la industria pesquera aseguran que se debe a una legislación que ha quedado «anticuada».
La próxima reunión del Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE será crucial, ya que se centrará en la Política Pesquera Común (PPC). Este diálogo se ha vuelto aún más pertinente ante la consulta pública abierta por el comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, sobre la PPC. La flota pesquera anhela una revisión «quirúrgica» de la PPC que contemple financiación adecuada, mejorando así las condiciones laborales y la seguridad de los buques.
Desafíos para la flota pesquera
Es importante entender que la situación no es sencilla. La flota enfrenta varios retos, como la crisis energética, la falta de mano de obra cualificada y una competencia creciente de actividades alternativas, como los molinos eólicos. El director de Europêche, Daniel Voces, enfatiza que sin cambios urgentes, la flota se encuentra en un «declive» pronunciado, lo que pone en peligro no solo a la industria, sino también a la seguridad alimentaria.
«Hay que cambiar de dirección», subraya Voces, al referirse a la necesidad de que los países costeros se alineen en la búsqueda de una reforma. Mientras tanto, España, que es la primera potencia pesquera de la UE con 8.432 barcos y 31.000 tripulantes, enfrenta un claro desafío: hace más de tres décadas, contaba con casi el triple de navíos, una cifra que se ha visto claramente afectada por los cambios en el mercado y la normativa.
Avances ambientales y problemas sociales
Desde el punto de vista ambiental, la PPC ha tenido éxitos notables; se han recuperado muchos caladeros que estaban en riesgo de sobrepesca. Sin embargo, este éxito ha llegado acompañado de retos sociales que no se pueden ignorar. Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, expone que las dinámicas han cambiado drásticamente desde 2013, debido a situaciones como el Brexit y el cambio climático.
Además, la distribución geográfica de las especies también ha cambiado, evidenciando el impacto del calentamiento global. Otero menciona la aparición de corvinas en el norte de España, un fenómeno que antes no se había observado, así como la preocupación por la disminución de poblaciones de pulpo y otros recursos tradicionales.
Las restricciones y la necesidad de reformas
El debate por la PPC se ve enmarcado también por las estrictas regulaciones que limitan el tiempo que los arrastreros pueden estar en el mar. Este es un punto que los armadores y las cofradías consideran prioritario, exigiendo revisiones en las vedas sobre el Atlántico noreste. La situación se vuelve más compleja al considerar que la PPC opera bajo un sistema de «entrada-salida» que no ha permitido adecuar las embarcaciones a un estándar más habitable y seguro para la tripulación.
Voces argumenta que el cambio hacia un régimen más flexible es esencial para adaptarse a las necesidades contemporáneas, que no solo deben tener en cuenta la sostenibilidad sino también el bienestar de los pescadores. Para aquellos que trabajan en el mar, espacios más amplios y cómodos son una exigencia que, de no ser atendida, podría llevar a una mayor fuga de mano de obra.
Los fondos y la necesidad de acceso
En este contexto, el Consejo de la UE abordará el futuro del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura (Fempa). España lidera la demanda de que este fondo sea más accesible, considerando que la actual situación no responde a los desafíos del sector. Desde 2021 hasta 2027, España es el principal receptor de este fondo con 1.120 millones, pero su ineptitud para impulsar la renovación de flota o mejoras energéticas provoca un sentimiento de descontento en la industria.
La necesidad de mantener el presupuesto comunitario en el periodo post 2027 se convierte en un tema central para Europêche, que enfatiza la importancia de no repetir el recorte de 105 millones para el periodo 2025-2027, ya que las consecuencias podrían ser devastadoras para una flota que ya está al borde del colapso.
El futuro de la pesca en la UE podría estar marcado por decisiones que se tomen en las próximas reuniones del consejo. Con el cambio climático y las presiones económicas presentes, los líderes del sector pesquero deben actuar con determinación y visión. Mientras la naturaleza y la normativa evolucionan, resultará fundamental encontrar un equilibrio que permita que la flota pesquera no solo sobreviva, sino que prospere en un entorno cada vez más complejo.








