La problemática del desperdicio alimentario en España ha sido objeto de estudio reciente, revelando un panorama complejo en lo que respecta al manejo de los alimentos en los hogares. Si bien la cifra global de hogares que tiran alimentos ha disminuido lentamente hasta alcanzar un 36%, según el segundo barómetro sobre desperdicio alimentario, es crucial analizar más a fondo estas estadísticas y los hábitos que los rodean.
Desperdicio en cifras
La responsable de estudios Shopperview, Marta Munné, presentó los alarmantes hallazgos en un informe elaborado en septiembre de 2024, basado en encuestas a mil consumidores. Alarmantemente, el 50% de los encuestados admitió consumir productos caducados, un comportamiento que, aunque extendido, no es recomendable. Dentro de este grupo, un 46% declaró desperdiciar un poco de comida, mientras que el 18% asegura no tirar nada, especialmente entre los mayores de 60 años, una tendencia que demuestra que la educación y la conciencia sobre el desperdicio alimentario varían notablemente entre generaciones.
Los principales motivos del desperdicio
El estudio arroja luz sobre las razones detrás del desperdicio. Un 58% de quienes tiran alimentos afirma olvidarse de su presencia en casa, mientras que el 61% reconoce tener problemas para calcular la cantidad adecuada que necesita. Algunos mencionan que desechan productos considerados de "poco valor" (20%) como una razón justificable para su desperdicio. Esto sugiere que la percepción del alimento y su valor puede influir en la decisión de conservar o deshacerse de él.
Además, el manejo de las sobras muestra tendencias interesantes: un 81% de los encuestados mantiene las sobras en la nevera, aunque un 26% de estos alimentos termina estropeándose. Un 39% reutiliza estas sobras para nuevos platos, y el 38% opta por congelarlas, lo que muestra que hay una intención de minimizar el desperdicio, pero que, a pesar de ello, los resultados aún dejan mucho que desear.
Estrategias en el hogar
Cada vez más familias españolas parecen adoptar estrategias para disminuir el desperdicio alimentario. El 64% de los encuestados elige congelar los alimentos antes de que caduquen, lo que refleja una toma de conciencia sobre la vida útil de los productos. Además, el 61% de los hogares afirma que planea mejor sus compras, mientras que un 55% intenta controlar sus adquisiciones para evitar sobrecompras. Sin embargo, esta buena intención se ve contrarrestada por el 40% que indica que, a menudo, acaba comprando más de lo que había previsto, impulsado en parte por las promociones y descuentos en los supermercados.
Es evidente que, aunque hay una clara intención de mejorar los hábitos de compra y conservación, la realidad muestra que aún queda un largo camino por recorrer.
La percepción de las ofertas y la educación alimentaria
A pesar de los intentos por reducir el desperdicio, existe una clara falta de conciencia sobre los beneficios que las ofertas de pronta caducidad pueden aportar. Un 81% de los hogares considera que estas ofertas son buenas para prevenir el desperdicio, mientras que un 49% cree que pueden ayudar a ahorrar en la compra. Sin embargo, esto puede llevar a compras no planificadas, lo que a su vez podría resultar en un aumento del desperdicio.
En cuanto a la educación sobre fechas de caducidad, la mayoría de los consumidores se muestra confiada en su capacidad para diferenciar entre la fecha de caducidad y la de consumo preferente. Sin embargo, se reconoce que esta comprensión no se traduce necesariamente en acciones adecuadas cuando se trata de manejar las sobras o los excedentes.
Un cambio necesario en la restauración
Muy positivamente, la tendencia en los restaurantes refleja un cambio cultural hacia la reducción del desperdicio. Un notable 89% de los consumidores pide llevarse las sobras, una cifra que ha crecido desde el 58% en 2015. Esta decisión es especialmente común entre los jóvenes y las mujeres, quienes ven esta práctica como una opción eficaz para combatir el desperdicio.
Sin embargo, algunos consumidores señalaron que ciertos establecimientos no facilitan esta opción, destacando la necesidad de que la restauración se adapte a esta nueva demanda. De hecho, el 78% de los consultados considera que llevarse las sobras es una buena opción para reducir el desperdicio, aunque un 12% todavía encuentra esta práctica poco práctica.
Perspectivas futuras y propuestas
El panorama del desperdicio alimentario en España invita a la reflexión sobre la necesidad de una educación continua en torno a este tema. Fomentar una cultura de consumo responsable es vital. Entre las propuestas, un 62% de los encuestados preferiría envases con cierres herméticos, mientras que un 55% solicita información más clara sobre las fechas de consumo. Estos datos sugieren que los fabricantes y comercios tienen un papel crucial en la mejora de la situación.
Esta situación aún tiene mucho por mejorar. La clave estará en la unión de esfuerzos de consumidores, productores y restauradores para reducir el desperdicio alimentario y, en definitiva, promover un uso más responsable de los recursos. ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos para hacer de esta una realidad?








