El sector agropecuario brasileño ha recibido un importante impulso de la mano del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha anunciado una línea de créditos públicos de 400.000 millones de reales (67.700 millones de euros). Esta decisión, la más grande en la historia de las medidas de apoyo financiero al sector agrario del país, se espera que incremente la productividad y mejore aún más la posición de Brasil como uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del mundo.
Cabe resaltar que lo más destacado del anuncio es la intención de potenciar el crecimiento en el área de la agricultura, una capacidad que Lula asegura no tiene ningún otro país. Con este apoyo estatal, Lula afirmó que los empresarios del sector agropecuario «podrán producir mucho más y mejor».
Los créditos se concederán a través de bancos públicos para el ciclo 2024-2025, con tasas de interés preferenciales del 8% anual, por debajo del 10,5% actual. Sin embargo, todo no queda ahí. Un detalle relevante es que la concesión de estos créditos estará ligada al compromiso de los productores con prácticas ambientales sustentables, en consonancia con los planes gubernamentales de lucha contra el cambio climático.
Además de ayudar a las grandes empresas agropecuarias, el Gobierno brasileño ya había anunciado una línea de créditos públicos por un valor de 85.700 millones de reales (14.500 millones de euros) para la agricultura familiar, un pilar del campo brasileño que representa casi el 30% de la producción total de alimentos en el país. De este modo, parte de su cosecha es adquirida directamente por el Gobierno para abastecer escuelas, hospitales y prisiones, entre otros.
En resumidas cuentas, estas medidas son un fuerte impulso para el sector agropecuario en Brasil, que ya es un referente global en la producción de alimentos y que ahora cuenta con un apoyo financiero sin precedentes, pero también con la obligación de cuidar el medio ambiente en sus prácticas.