El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) lanza una medida inédita, un cerco de protección para el ganado bovino de Castilla y León. La finalidad es proteger la salud pública y el estatus sanitario del ganado, una movida en respuesta a una acción de la Junta de Castilla y León que podría haber puesto en peligro ambos.
La causa de este revuelo: la tuberculosis bovina, un problema sanitario serio que, debido a su transmisibilidad a humanos, podría representar un riesgo para la salud pública. Esta enfermedad es causada por el complejo Mycobacterium tuberculosis, una infección que la Unión Europea insiste en erradicar en todos sus estados miembros.
Para frenar cualquier posible expansión de la tuberculosis bovina, el MAPA ha puesto en marcha medidas restrictivas urgentes y necesarias que impiden el desplazamiento del ganado bovino más allá de los confines de Castilla y León. Esta restricción se instauró tras un incidente el 15 de mayo, cuando se hizo pública una resolución de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León que contravenía las regulaciones comunitarias y nacionales respecto al control y erradicación de la enfermedad.
Aquí es donde entran en juego las audaces acciones del MAPA. Además de establecer esta prohibición de movimientos, el ministerio ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la resolución de la Junta de Castilla y León. Según fuentes del MAPA, la resolución autonómica permitía movimientos de animales específicamente prohibidos y relajaba los requisitos para obtener el estatus de libre de tuberculosis.
El ministerio también está trabajando para ajustar las medidas tomadas al riesgo que supone la aplicación de la resolución. Solo se permitirá el movimiento de bovinos fuera de Castilla y León si se dirigen directamente a su sacrificio, o si se dirigen a cebaderos, siempre que cumplan con requisitos sanitarios estrictos.
Las provincias de Burgos, León y Valladolid, ya consideradas libres de tuberculosis por la Comisión Europea, no se ven afectadas por estas medidas. Sin embargo, los movimientos desde el resto de Castilla y León a estas tres provincias deben cumplir los mismos requisitos que los movimientos a otras comunidades autónomas.
Las implicaciones de la resolución de la Junta de Castilla y León no pueden ser ignoradas. Con Castilla y León siendo la región con mayor número de bovinos en España, y con la ubicación del Mercado Nacional más importante del país en Salamanca, la expansión de la tuberculosis bovina podría tener consecuencias irreversibles, no solo para la salud de Castilla y León, sino también para otras comunidades autónomas y países de la Unión Europea.
Este es un paso adelante en la lucha por la erradicación de la tuberculosis bovina en España. Sin embargo, con medidas como las implementadas por el MAPA, se espera que se pueda proteger la salud pública y preservar la integridad del ganado bovino, tanto en Castilla y León como en el resto de España.
Pero el MAPA no actúa solo en esta misión. La Comisión Europea ha instado al Gobierno español a tomar medidas para evitar la propagación de la enfermedad. Este hecho añade más peso a las acciones del Ministerio, ya que las consecuencias de no controlar la enfermedad no solo afectarían a España, sino también al conjunto de la Unión Europea.
En términos legales, los titulares de las explotaciones, los responsables de los animales y las autoridades competentes de Castilla y León están obligados a cumplir la orden publicada el 29 de mayo, y cualquier incumplimiento será sancionado según la Ley 8/2003 de Sanidad Animal.
Es crucial recordar que, aunque Castilla y León tenga el mayor censo de bovinos en España, ya hay zonas oficialmente libres de tuberculosis bovina en el país, como Asturias, Canarias, Galicia, Islas Baleares, Cataluña, Murcia y País Vasco. A ellas se suman recientemente las provincias de Valladolid, Burgos y León. Asegurar la eliminación de la tuberculosis bovina de Castilla y León será un paso más hacia la erradicación total de esta enfermedad zoonótica en España.
El desafío que plantea esta resolución no puede tomarse a la ligera. Por un lado, está la preocupación por el bienestar animal y la salud del ganado bovino. Por otro lado, existe el riesgo para la salud pública y el potencial impacto en otras regiones y países. La respuesta del MAPA es clara: no se puede jugar con la salud pública y el bienestar animal. En este contexto, la decisión tomada por el Ministerio es un recordatorio de que, a veces, es necesario tomar medidas drásticas para proteger los bienes comunes y preservar el orden público.