Las tensiones entre los agricultores españoles y el gobierno han alcanzado un punto crítico, marcado por nueve días consecutivos de protestas. Los agricultores critican la crisis que vive el campo español y ponen el foco en las pequeñas explotaciones, donde la subida de los costes de producción y las mayores exigencias ambientales les hacen cada vez más difícil mantener su actividad.
Las regiones más afectadas son Cataluña, Extremadura y Sevilla, donde los agricultores manifiestan su descontento urgiendo al gobierno a tomar medidas efectivas. A nivel nacional, se critica la creciente burocracia y la importación de productos agrícolas que no cumplen con los estándares de producción europeos.
Las organizaciones Asaja, COAG y UPA , junto con Unión de Uniones y la Unió Pagesos, han anunciado un calendario de más de 40 acciones a lo largo de este mes. En Cataluña, aproximadamente 400 agricultores mantienen bloqueada la autopista AP-7 y los accesos al Puerto de Tarragona.
En Sevilla, las convocatorias de manifestaciones y tractoradas han logrado un mayor éxito que en Mercamadrid, donde la concentración apenas ha contado con una decena de agricultores. Según los organizadores, esta escasa presencia se ha debido a las restricciones impuestas por las autoridades.
Desde el inicio de las protestas el pasado 6 de febrero, las fuerzas de seguridad han detenido a 34 personas en distintos puntos del país y han tramitado 3.180 denuncias. Además, han sido identificadas para propuesta de sanción administrativa 8.688 personas.
Ante las crecientes tensiones, el Gobierno ha instado a Asaja, COAG y UPA a una nueva reunión en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). El Ministro, Luis Planas, muestra su esperanza de que de este diálogo pueda surgir una respuesta que tenga en cuenta a la Unión Europea, al Gobierno Central y a las Comunidades Autónomas.
A su vez, las organizaciones agrícolas Copa, Cogeca, CEJA y Via Campesina han denunciado ante la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo las elevadas cargas administrativas que soportan los agricultores en los diferentes Estados Miembros.
Las protestas agrícolas son un claro indicativo de las tensiones existentes entre el gobierno y el sector agrícola. La solución a esta crisis no es sencilla, pero es fundamental para el futuro de la agricultura española.