Un cambio agrícola con apoyo social: la propuesta de la presidencia de la UE que transforma el campo en Europa

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Polonia, como actual presidencia semestral de la Unión Europea (UE), ha puesto en el centro del debate la necesidad de alcanzar un «consenso social» en torno a las políticas agrícolas. Según la asesora económica senior de la Embajada de Polonia en España, Kinga Sokolowska, esto es esencial para que los cambios sean eficaces. En una entrevista reciente, Sokolowska destacó que para que los instrumentos de la Política Agraria Común (PAC) tengan éxito, es fundamental abordar la polarización existente en el debate agrícola.

Desafíos en el sector agrícola

Los agricultores europeos están expresando su descontento de manera palpable, como lo evidencian las recientes manifestaciones en España, aunque estas hayan sido minoritarias en ciertas regiones como Aragón o el País Vasco. Sokolowska, haciendo eco de esta realidad, subrayó la urgencia de soluciones que consoliden el poder de negociación de los agricultores frente a grandes actores como las cadenas de distribución.

«El futuro del sector agrícola se está sacrificando en aras de objetivos climáticos demasiado ambiciosos», advirtió. En este contexto, Polonia planea enfatizar la simplificación de la PAC, una demanda reiterada por los agricultores. Esta audiencia busca revisar las exigencias del Pacto Verde, que muchos consideran excesivas y que han llevado a una disminución de la rentabilidad en la producción.

Visión de la presidencia polaca

Durante este semestre, se espera que comiencen los debates sobre la nueva estrategia propuesta por la Comisión Europea (CE) relacionada con la agricultura y la alimentación. Sokolowska anticipa que el documento podría hacerse público este mes, sirviendo de base para la revisión de la PAC post 2027. El objetivo es que estas discusiones se traduzcan en decisiones que influyan positivamente en la PAC.

La representante polaca también ha señalado que se prevé racionalizar aún más las normas que han motivado las protestas de los agricultores. Esto se enmarca en la agenda de Polonia, que busca no solo simplificar las regulaciones, sino también abordar las preocupaciones que han surgido en torno a la sostenibilidad y la rentabilidad del sector agrícola.

Mercosur y su impacto en el sector

Un tema que genera considerable controversia es la ratificación del acuerdo entre la UE y Mercosur. Sokolowska recalcó que la propuesta formal de la CE no será presentada hasta mediados de 2025, pero es vital que se realice un debate en profundidad sobre sus posibles efectos en la agricultura europea. «Es fundamental aclarar todas las dudas que existen», afirmó. Además, la guerra en Ucrania ha añadido una capa de complejidad, aumentando la inquietud acerca de la seguridad alimentaria en el continente.

Respecto al ingreso de Ucrania en la UE, la asesora subrayó la importancia de implementar medidas que eviten una menor rentabilidad en la producción agrícola de los actuales miembros de la UE. Este es un tema delicado que requiere atención y análisis detallados para garantizar que todos los países puedan beneficiarse equitativamente.

Comercio agrícola en cifras

La relación comercial entre Polonia y España en el ámbito agroalimentario es notable. España se posiciona como uno de los socios más significativos para Polonia, ocupando el séptimo lugar en cuanto a compradores, con una cuota del 3,5 %. En el año 2023, el valor de las exportaciones agroalimentarias de Polonia hacia España alcanzó los 1.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 13 %. Además, las exportaciones desde España hacia Polonia también mostraron un crecimiento del 15 %, alcanzando un valor de 1.790 millones de euros.

Mirando hacia el futuro

Con los retos que enfrenta la agricultura en Europa, es evidente que el diálogo y el consenso serán fundamentales para trazar un camino que sea sostenible y fructífero para todos los involucrados. Con iniciativas a la vista y un panorama en constante cambio, es crucial que se sigan explorando las necesidades del sector, garantizando tanto la seguridad alimentaria como la viabilidad económica de los agricultores. A medida que se desarrollen las discusiones y se tomen decisiones, la comunidad agrícola deberá mantenerse alerta y adaptarse a las nuevas realidades que surjan en el marco de la política agraria europea.

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