Universitarios promueven la educación alimentaria entre escolares
Un grupo de estudiantes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (Etsiaab) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha llevado a cabo una innovadora iniciativa, acercando a 300 escolares a la cadena alimentaria a través de una ruta del campo al plato. Esta actividad se realizó en colaboración con el Grupo Editorial Agrícola Henar Comunicación.
Un recorrido educativo por la cadena de valor agroalimentaria
Durante cuatro jornadas, los estudiantes de primaria participaron en un completo recorrido por la cadena de valor agroalimentaria, diseñado para fusionar la curiosidad de los niños con el compromiso de los universitarios por convertirse en prescriptores de la agricultura. Este vínculo les permitió transmitir su vocación y pasión por el sector. Con el acompañamiento de Borja, Laura, Nacho, Rocío y Clara, los pequeños tuvieron la oportunidad de explorar invernaderos, campos de cultivo y la nave de maquinaria de la escuela.
¿Te imaginas jugar aprendiendo? Ellos lo hicieron: a través de juegos como la "Oca granjera" y "Del campo a la mesa", los escolares aprendieron sobre la clorofila, la importancia del sol y el agua para los cultivos, y cómo cuidar de las plantas. Esta metodología lúdica asegura que conceptos complejos se vuelvan accesibles y entretenidos para los más jóvenes.
La importancia de la educación agroalimentaria
El propósito primordial de esta actividad es transmitir, de manera lúdica y práctica, la importancia de la producción de alimentos y la aplicación de conocimientos científicos y técnicos que puedan mejorar la producción agrícola y la gestión de recursos naturales. En un contexto donde la desconexión entre el mundo urbano y rural es cada vez más notable, iniciativas como esta son cruciales para restaurar el conocimiento sobre el proceso de producción de alimentos.
Para los organizadores, es vital establecer alianzas entre los distintos agentes del sector, contribuyendo así a reducir la brecha de conocimiento. Esto no solo proporciona oportunidades educativas accesibles, sino que también genera conciencia sobre la agricultura entre las nuevas generaciones. El presidente de Grupo Editorial Agrícola Henar Comunicación, Enrique Ruiz, subrayó que es esencial "crear programas educativos efectivos y sostenibles que enseñen a los niños de dónde vienen los alimentos".
El aula agroalimentaria y sus actividades
El "Aula Agroalimentaria Proyecto Conocer la Agricultura y la Ganadería" está respaldada por el Capítulo español del World Food Forum, en el marco del convenio UPM-FAO. A través de esta iniciativa, se busca desarrollar programas de educación que despierten el interés de los niños por la agricultura y la ganadería, fomentando una comprensión más profunda y un mayor aprecio por la naturaleza.
Entre las actividades realizadas, sobresale la práctica de explorar diferentes partes de un tractor, donde los escolares no solo aprendieron sobre su funcionamiento, sino que también tuvieron la oportunidad de subir y experimentar cómo es estar al volante. Este tipo de interacciones prácticas enriquecen la experiencia educativa y dejan impresiones duraderas.
Reflexiones sobre el futuro de la agricultura
Mientras concluimos esta actividad, resulta pertinente cuestionar cómo las futuras generaciones se relacionarán con el campo y la producción de alimentos. Con la creciente distancia entre el entorno urbano y rural, es fundamental avanzar hacia un modelo educativo que promueva la interacción directa con el mundo agrícola. El conocimiento sobre la cadena alimentaria no solo abastece el entendimiento técnico, sino que también cultiva un respeto hacia la naturaleza y las prácticas sostenibles.
Las iniciativas educativas como la del aula agroalimentaria son claves para sembrar las bases de una sociedad más consciente y comprometida con el medio ambiente. ¿Cómo podemos seguir fomentando este tipo de programas en otras regiones y contextos? La respuesta no solo está en las manos de los educadores, sino también en la colaboración activa de la comunidad. La reflexión invita a un futuro donde la educación agroalimentaria inspire a más jóvenes a explorar y valorar la rica herencia agrícola que poseemos.