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Alerta alimentaria en fronteras españolas, fresas con hepatitis marcadas como última preocupación

Las fresas contaminadas con hepatitis A recientemente importadas de Marruecos son solo una muestra de las alertas alimentarias que se notifican cada año en España debido a los rigurosos controles fronterizos que se efectúan. Según datos disponibles, el país registra, en promedio, una alerta a la semana de alimentos importados desde países terceros.

En el transcurso de los últimos 12 meses, la Red de Alerta alimentaria de la Unión Europea (Rasff) recibió 58 notificaciones de alertas en España, siendo Marruecos, Ecuador y Australia los países más reincidentes. Otros países con registros incluyen China, Perú, Pakistán, Egipto, Brasil, Reino Unido, Senegal, Chile, USA, Colombia y Túnez.

Históricamente, las alertas alimentarias se activan por diversas razones que van desde rupturas de la cadena de frío en productos alimenticios, presencia de bacterias como la salmonella, vibriones del cólera o E.coli, aflatoxinas por encima del límite máximo en alimentos como el arroz, hasta la detección de parásitos en el pescado y niveles de mercurio, cadmio, histaminas u otros aditivos no declarados por encima de límites permitidos en la UE.

Pese a estas alertas, los informes anuales aseguran que el nivel de cumplimiento de requisitos para la entrada de productos alimentarios importados a la UE supera el 96% para alimentos de origen animal y vegetal, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Concretamente en 2021, de los 239.651 controles efectuados en la frontera a productos vegetales, el 99,55% cumplían con la normativa europea vigente.

El protocolo de control establece una inspección al 100% de las partidas que se introducen en la Unión, mediante análisis de muestras proporcionales al volumen de la misma. Este proceso comienza por control documental y de identidad para verificar que los certificados coinciden con los productos. Luego, se somete a un control físico para determinar si se cumplen las regulaciones y, en caso de ser necesario, se toman muestras para su análisis en laboratorio.

En caso de que una partida sea rechazada, como sucedió con las fresas marroquíes, las autoridades toman acciones que van desde la reexpedición, transformación, destrucción, sacrificio (animal vivo), entre otras medidas, siempre en función de las características del alimento con el objetivo de no poner en riesgo la seguridad alimentaria y sanidad de los consumidores.

Los productos importados de terceros países han estado en el foco de controversias recientemente, con reclamos de agricultores españoles y de la UE que piden imponer cláusulas espejo para que los productos que ingresan a la Unión cumplan los mismos requisitos de producción que a ellos se les exigen. Además, exigen mayor transparencia sobre lo que ocurre con los alimentos en las fronteras, como evidencia el caso de las fresas marroquíes con hepatitis A.

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