El aumento de las altas temperaturas pronostica un posible ascenso en la incidencia de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en el ganado vacuno, especialmente en el norte de España donde la población inmunizada es menor. Esta patología se propaga mediante mosquitos, motivo por el que su proliferación se espera ante el advenimiento del clima cálido.
La EHE ya tuvo un impacto significativo en la mitad sur de la península española desde su primera detección a finales de 2022. Tras un periodo de relativa tranquilidad, los ganaderos podrían estar a las puertas de enfrentar una nueva oleada del virus. No obstante, aquellas áreas con ganado ya inmunizado deberían ver un repunte menor de la enfermedad.
Es importante destacar que este problema no solo afecta al ganado vacuno. Los ciervos salvajes también pueden ser vulnerables a la EHE. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) emitió su último informe semanal sobre la EHE el pasado 30 de noviembre, señalando que la enfermedad viral puede generar síntomas severos en algunos animales.
En términos generales, los veterinarios y ganaderos se enfrentan a lo desconocido. Pocos estudios se han realizado sobre la EHE, y resulta difícil predecir cómo se comportará el virus conforme las temperaturas incremente. Aun así, es probable que las condiciones climáticas propicien la propagación del mosquito vector.
Por otro lado, el norte de Madrid ofrece buenas noticias. Entre el 60% y el 70% del ganado vacuno en esta región ya ha estado expuesto al virus, lo cual supone que ya se encuentran inmunizados. Esta es una cifra alentadora que genera esperanza para el sector ganadero de la sierra de Madrid.
Sin embargo, esta enfermedad todavía está siendo estudiada. Existen investigaciones en curso enfocadas en entender mejor la EHE, sus posibles secuelas, el impacto socioeconómico que puede causar en el sector primario y la posibilidad de desarrollar vacunas.
En lo que respecta a las medidas preventivas, la realidad es que es muy complicado combatir a los mosquitos. Por ello, es esencial que los ganaderos mantengan una vigilancia constante para detectar precozmente los síntomas en su ganado y garanticen que este esté en óptimas condiciones físicas para poder generar una buena respuesta inmune.
En conclusión, la llegada de una nueva ola de EHE con el aumento de las temperaturas parece inevitable, especialmente en áreas donde el ganado aún no ha desarrollado inmunidad contra el virus. Debemos afrontar el reto con investigación, preparación y buenas prácticas de manejo del ganado para minimizar el impacto en el sector ganadero.