Dentro del marco alimentario español, el agua con gas se ha empezado a percibir con brillante potencial como una alternativa saludable a refrescos y bebidas alcohólicas. Se parte, eso sí, desde una posición minoritaria pues actualmente solo representa el 4% del consumo de agua mineral en el país ibérico.
Si nos basamos en las cifras proporcionadas por la consultora Circana, se evidencia una creciente tendencia de consumo de esta bebida. Las ventas de agua con gas han experimentado un incremento del 21,4% en supermercados a lo largo del último año, aportando al mercado un valor de unos 126 millones de euros. Este auge sobrepasa de forma notoria al del agua sin gas, cuyo aumento fue solo del 8,4% a pesar de que sigue siendo la bebida más consumida en España. En cuanto a volumen, de los 4.960 millones de litros de agua comercializados en el país en el mismo periodo, 171,7 millones eran de agua con gas, viendo una subida del 9,1%.
La consultora Circana también saca a la luz un aumento del 11,2% en el precio del agua con gas, casi el doble del incremento que ha experimentado el agua sin gas cuyo precio ha subido un 5,3%.
Patricia Daimiel, directora ejecutiva para el sur de Europa de la consultora NIQ, no ha escatimado en atribuir al agua carbonatada un papel significativo en el panorama de productos cuyo consumo está en ascenso. Según Daimiel, esta alza se apoya en tendencias favorables hacia la salud y la sostenibilidad. Asimismo, destaca que el foco en la salud y bienestar orienta las decisiones de compra e ingesta de las bebidas para el 45% de los españoles.
Es interesante tener en cuenta el papel que las diferencias culturales juegan en el consumo de aguas. Fuentes de la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe) sostienen que la elección de agua con gas por parte del consumidor es principalmente una cuestión de tradición y gusto personal, y que estas preferencias varían significativamente entre países. Prueba de esto es que en Alemania, Francia e Italia el consumo de agua con y sin gas está casi igualado, incluso inverso en el caso de Alemania, a diferencia de España donde el agua sin gas copa el 96% del consumo.
A pesar de estos retos, el sector español de agua mineral comparte la visión hacia las metas sostenibles del Pacto Verde Europeo, incluyendo el compromiso de alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono en 2050 y reducir su huella de carbono y consumo energético mediante el uso de fuentes renovables. Estas iniciativas, unidas a la implementación de medidas de ecodiseño y el uso de plástico reciclado, dibujan un panorama esperanzador para el futuro del agua con gas en España.