Ante la grave sequía que azota parte de la cuenca mediterránea en España, tres organizaciones agrícolas de gran peso en el sector han alzado la voz en busca de soluciones. En un comunicado conjunto, Asaja, la COAG y las Cooperativas Agro-alimentarias de España han instado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a convocar la Mesa de la Sequía de forma «urgente». El objetivo es encontrar medidas de soporte, entre ellas la posibilidad de un paquete de ayudas directas, para los profesionales y cooperativas más perjudicados por esta inclemencia climatológica.
Esta situación afecta sobre todo a las comarcas con menor nivel de pluviometría de la región mencionada, donde las pérdidas se elevan por encima del 70% respecto a un año normal. Los agricultores locales, por tercer año consecutivo, se enfrentan a la prospectiva de una cosecha prácticamente inexistente. La sequía ha golpeado con especial dureza a los cultivos de cereales, frutos secos y leñosos de secano (viñedo, olivar y frutales) en varias provincias, entre ellas Zaragoza, Teruel, La Rioja, Lérida, Castellón, Valencia, Alicante, Albacete, Murcia, Almería y Granada.
Además, la situación es especialmente crítica para los ganaderos extensivos en las principales comarcas del sudeste español. El déficit de pastos amenaza seriamente la viabilidad de sus explotaciones. Muchas cooperativas, por su parte, atraviesan también circunstancias complicadas, ya que han visto reducido el volumen de producto a comercializar mientras deben seguir afrontando sus costes fijos, entre otros gastos.
Ante esta dramática coyuntura, los representantes de Asaja, COAG y Cooperativas trasladarán al MAPA la necesidad de implementar un paquete de ayudas directas para agricultores, ganaderos y cooperativas de las zonas más afectadas. Además, estas tres organizaciones solicitarán que se tramite ante la Comisión Europea la excepcionalidad por sequía de dichas comarcas, para que tanto las ayudas estatales y/o regionales que se puedan otorgar no computen en el régimen de «ayudas de minimis».
Siendo una de las principales economías agrícolas en Europa, España enfrenta un serio desafío, buscando soluciones a corto plazo mientras debate sobre las medidas a largo plazo para garantizar la sostenibilidad de su sector agrícola frente al cambio climático.