La prevención y control de enfermedades animales como la fiebre aftosa, rabia o gripe aviar es cada vez más esencial en un mundo globalizado. La vacunación, la bioseguridad y el control fronterizo son herramientas esenciales para evitar que una propagación de estas patologías amenace la salud y la economía global. Un amplio espectro de agentes, que incluye desde administraciones públicas locales hasta empresas privadas y científicos veterinarios, trabajan arduamente para conseguir este objetivo.
La colaboración y el intercambio de información a nivel mundial son vitales para lograr este control y prevenir estas enfermedades. Según Esteban Turic, CEO de la compañía argentina de salud animal Biogénesis Bagó, la unificación de criterios a nivel mundial es cada vez más frecuente, aunque cada región implementa diferentes medidas según sus necesidades.
En el contexto de la Unión Europea (UE), las medidas de seguridad y protocolos sanitarios son extremadamente rigurosos, aunque la seguridad total no existe, según Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La UE se ha esforzado durante años por proteger las actividades ganaderas estableciendo controles fronterizos estrictos y requisitos y prohibiciones rigurosos. Almansa añade que Europa limita significativamente los países autorizados a exportar ganado y que, en España, la importación de ganado desde terceros países es inexistente.
En otras partes del mundo, como América del Norte, Australia, Nueva Zelanda o Japón, también se implementan estándares sanitarios elevados, según el doctor en medicina veterinaria Nadav Galon. Asegura que una protección eficaz es multifactorial y requiere considerar tanto la geografía como la fortaleza económica del país, el conocimiento científico, las medidas de prevención y la colaboración de los propietarios de los animales.
La fiebre aftosa es uno de los virus que más preocupan en la actualidad. Aunque no se transmite a humanos, su impacto en la economía de los países puede ser devastador. La atención actualmente se centra en el norte de África (Argelia, Túnez y Libia), que ha experimentado un aumento de casos en los últimos dos años. Esto representa tanto un problema para estos países, ya que afecta a su productividad, como una amenaza para los países libres de esta enfermedad pero cercanos geográficamente.
La rabia, a pesar de contar desde hace tiempo con una vacuna efectiva, sigue siendo endémica en numerosas zonas del mundo, en particular en África y Asia. Cada año, cerca de 60.000 personas en todo el mundo mueren a causa de la rabia. La alta efectividad y el bajo coste de las vacunas demuestran que es necesario seguir trabajando en salud pública y promover iniciativas como One Health para combatir estas enfermedades.