El comportamiento de los consumidores de refresco en España ha experimentado notables cambios en los últimos años, según muestra un informe reciente de Kantar WorldPanel. En especial, se ha destacado un aumento significativo del consumo entre los ciudadanos de 60 a 75 años, la conocida como generación «silver». Esta franja etaria ha visto crecer su participación en el consumo total de refrescos en un 10% durante el último lustro, acercándose a niveles del grupo de edad de 35 a 49 años, el mayor consumidor de dichas bebidas.
El ascenso del consumo de refrescos en la generación «silver» podría explicarse por la creciente actividad de este grupo en cuanto a hábitos de ocio. Por lo demás, también se ha observado que el 70% del consumo de estas bebidas se produce en horario diurno, lo que podría indicar una tendencia asociada a la actividad social y recreativa.
En cuanto al tipo de refresco, se observa un notable crecimiento en la demanda de productos sin azúcar. Estas bebidas están viendo un incremento por encima de las cifras previas a la pandemia, con un aumento del 2%, a la par con otras opciones como el agua con gas. Cabe señalar que el 59% del crecimiento de las variedades sin azúcar se relaciona con el consumo en ocasiones diurnas, lo que enfatiza aún más el vinculo entre consumo de refrescos y actividad social.
Así, la directora general de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra), Beatriz Blasco, ha resaltado que ocho de cada diez ocasiones de consumo de refrescos se realizan en compañía, demostrando la estrecha relación entre esta bebida y los momentos de encuentro social.
No obstante, el panorama actual se muestra como un desafío para los consumidores debido a la inflación, cuyos efectos pueden influir en sus decisiones de compra. Los datos del último panel de consumo de hogares del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) confirman esta tendencia al reflejar que, aunque el consumo de refrescos ha descendido un 1,2% en el último año, el gasto se ha incrementado un 7,5%.
A pesar de estos retos, el sector de las bebidas refrescantes sigue siendo una pieza fundamental de la economía española, generando más de 10.700 millones en valor añadido bruto y manteniendo unos 176.000 empleos directos e indirectos. La innovación se presenta como un factor clave para este sector, que busca lanzar productos más saludables y envasados de forma sostenible.
En palabras de la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García, las empresas de refrescos no sólo aportan riqueza, sino que también la distribuyen en toda la cadena de valor. En definitiva, el consumo de refrescos, asociado al ocio y momentos sociales, seguirá desempeñando un papel relevante en la economía y en los hábitos de vida de los ciudadanos españoles.