La Comisión Europea (CE) está avanzando en la reestructuración del presupuesto comunitario para el período 2028-2034, con la intención de crear un único Fondo de Competitividad que unifique varios programas vinculados a la Política Agraria Común (PAC) y otras iniciativas. Esta acción se plantea como una necesidad para modernizar y facilitar el acceso a los recursos destinados al campo.
Modernización del presupuesto agrícola
Ursula Von der Leyen, presidenta de la CE, expuso en una reciente conferencia las lineas maestras de la propuesta para el Marco Financiero Plurianual (MFP), que se presentará oficialmente en julio. En sus declaraciones, Von der Leyen enfatizó la importancia de la PAC y la Política de Cohesión, que en conjunto representan más del 60% del presupuesto total. A pesar de su relevancia, ambas políticas sufrirán una "modernización" en su estructura.
Se prevé que la iniciativa de crear un Fondo de Competitividad facilite el acceso a los fondos europeos para una diversidad de promotores de proyectos, que podrían incluir desde empresas hasta universidades y centros de investigación. De esta forma, la CE busca establecer un marco donde los solicitantes puedan emplear una única vía para acceder a la financiación, con reglas estandarizadas.
Protestas en el campo europeo
En un contexto donde la PAC representa aproximadamente el 33% del presupuesto de la UE, los agricultores europeos, entre ellos muchos españoles, se han manifestado recientemente en Bruselas y en territorio español en señal de protesta por posibles recortes en estos fondos. La acción, promovida por el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas (Copa-Cogeca), destaca la oposición a la integración de la PAC dentro de este nuevo fondo propuesto.
Los agricultores argumentan que la fusión de estos recursos podría poner en peligro a los sectores más vulnerables, que dependen fuertemente de la financiación preexistente. Es esencial escuchar sus demandas y preocupaciones, que reflejan la necesidad de mantener un soporte sólido para la agricultura.
Condiciones para el desembolso de fondos
La CE también ha anunciado que los desembolsos de este nuevo presupuesto estarán condicionados a que los países miembros cumplan con un conjunto de reformas e inversiones acordadas previamente. Este enfoque se asemeja al modelo del fondo de recuperación poscovid, en que cada tramo de financiación sólo se liberará una vez se hayan alcanzado los objetivos pactados.
"Sabemos que este es el mejor incentivo para lograr que se hagan las cosas", afirmó Von der Leyen. Esta estrategia busca no solo rendir cuentas a nivel local, sino también garantizar que las inversiones se alineen con las verdaderas necesidades de cada territorio y contribuyan de manera efectiva al desarrollo sostenible.
Flexibilidad y adaptación a nuevas realidades
La presidentesa hizo énfasis en la necesidad de un presupuesto más flexible, que pueda responder ante imprevistos como fenómenos meteorológicos extremos o nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial. En la actualidad, el 90% de los fondos están preasignados, lo que limita la capacidad de acción rápida y eficaz. Von der Leyen declaró: "El próximo presupuesto tiene que ser menos rígido; debe equilibrar las inversiones a largo plazo con la capacidad de adaptarse a nuevas realidades".
Además, la CE está considerando la creación de nuevas fuentes de ingresos para el presupuesto comunitario, ya que se anticipa que, a partir de 2027, los Estados miembros deberán enfrentar la devolución de la deuda generada para el fondo de recuperación. La sostenibilidad del presupuesto será crucial en este proceso.
El futuro de la financiación agrícola en la UE
El actual MFP cuenta con más de un billón de euros, el equivalente al 1% de la renta nacional bruta de los Veintisiete. Se financia principalmente a través de contribuciones por parte de los Estados miembros y algunos ingresos propios, como los derechos de aduana. No obstante, la propuesta de un Fondo de Competitividad y la reevaluación de la PAC podrían redefinir la manera en que se estructura la financiación agrícola en el futuro.
A medida que los cambios se acercan, es imprescindible que todas las partes interesadas sean escuchadas. La agricultura europea enfrenta un desafío en la conjunción de estrategias que favorezcan tanto la sostenibilidad como la viabilidad económica. La forma en que se gestionen estos recursos podría determinar la salud de la agricultura en los próximos años. ¿Estamos listos para adaptarnos a un futuro financiero que exige innovación y flexibilidad?








