La Comisión Europea abrirá conversaciones con Polonia, Eslovaquia y Hungría para que levanten las restricciones a las exportaciones agrícolas ucranianas. El paso llega tras la entrada en vigor de un nuevo acuerdo comercial con Kiev que liberaliza el intercambio de productos del campo e incorpora salvaguardas para los países miembros. Bruselas pretende que los vetos nacionales se retiren cuanto antes.
El portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, defendió que el entendimiento supone un «sustento económico vital» para Ucrania y ofrece buenas condiciones para sus ventas agrícolas, al tiempo que preserva a los sectores europeos más expuestos. El nuevo pacto comercial con Kiev ya está en vigor y contiene cláusulas de salvaguardia para los sectores sensibles de la UE.
Bruselas sostiene que esas medidas nacionales son innecesarias y carecen de justificación bajo el nuevo marco. La Comisión priorizará la vía política con Varsovia, Bratislava y Budapest y, si no hay avances, valorará pasos adicionales en el ámbito comunitario.
Nuevo marco con salvaguardas
El entendimiento actualizado se encuadra en la zona de libre comercio de alcance amplio y profundo (ZLCAP), el armazón que rige la relación comercial UE-Ucrania. El acuerdo moderniza la ZLCAP y prevé una apertura parcial y progresiva del mercado agrícola, con mecanismos de protección para los sectores agroalimentarios europeos considerados sensibles.
Según Gill, el compromiso alcanza un «equilibrio adecuado» entre sostener la economía ucraniana y blindar la competencia leal dentro del mercado interior. Las salvaguardas permiten actuar si determinados flujos de importación alteran de forma significativa la cadena de valor agrícola comunitaria o presionan en exceso a explotaciones y cooperativas.
Con la nueva arquitectura, la Comisión entiende que decae la necesidad de mantener limitaciones nacionales. «No creemos que haya justificación alguna para prolongar las prohibiciones de exportación», subrayó el portavoz.
Presión sobre tres Estados
Polonia, Eslovaquia y Hungría mantienen restricciones propias sobre productos agrícolas procedentes de Ucrania pese al nuevo marco. Bruselas entablará contactos formales con estos socios «con el fin de lograr que eliminen prohibiciones», afirmó Gill. La interlocución se dirigirá a alinear sus prácticas con el acuerdo vigente.
La prioridad será el diálogo con los Estados miembros; solo si fracasa, la Comisión estudiará otras vías, incluida la legal. En ese escenario, el Ejecutivo comunitario no descarta recurrir al Tribunal de Justicia de la UE, pero por ahora centra sus esfuerzos en resolver el choque por la vía política y técnica.
La posición comunitaria busca evitar medidas unilaterales que fragmenten el mercado interior y distorsionen la trazabilidad y las cadenas de suministro agroalimentarias. La Comisión recalca que el nuevo sistema ofrece «protecciones sólidas y adecuadas», por lo que los instrumentos nacionales perderían sentido.
Mensaje desde Agricultura
El comisario de Agricultura, Christophe Hansen, reforzó esta línea el lunes al remarcar que el acuerdo con Ucrania hace innecesarias las medidas proteccionistas estatales. A su juicio, «con la nueva relación» no procede seguir adoptando decisiones unilaterales que interfieran en el flujo comercial del sector.
Hansen enmarcó la modernización de la ZLCAP en una relación gradual y supervisada, diseñada para preservar la estabilidad de la campaña agrícola europea y responder con rapidez si se detectan tensiones en precios, rendimientos o capacidad de almacenamiento. Ese esquema, subrayó, debe sustituir los vetos nacionales todavía en pie.








