La producción de almendra en sequía: Un verano duro para los agricultores españoles
En un año que se caracteriza por sequías severas y olas de calor, la producción de almendra en España está sufriendo un duro golpe. En algunas zonas de secano, la producción ha bajado en un 15%, acompañado por precios en origen que, según los productores, no cubren los costes de producción.
La recolección de almendra ya ha empezado en varias zonas del país; los secanos están sufriendo más debido a las condiciones climáticas. El arco mediterráneo, Aragón, Cataluña, Almería y Castila-La Mancha son algunas de las regiones donde la recogida ha iniciado.
Al comienzo del verano, las organizaciones agrarias Asaja, COAG, Cooperativas Agro-alimentarias de España y Aeofruse proyectaron una producción de almendra de 122.304 toneladas, es decir, una bajada de un 8% en comparación con la campaña anterior. Sin embargo, la realidad que se está viviendo es otra.
Las adversas condiciones climatológicas con una sequía persistente y golpes de calor han obligado a revisar estas previsiones. Según Javier Fatás, responsable de frutos secos de COAG, en el arco mediterráneo, donde la cosecha es exclusiva de secano, la producción podría ser bastante inferior a lo estimado, registrando caídas entre el 10% y el 15%, y hasta el 25% en algunas zonas.
Esta situación se agrava con las dificultades económicas que enfrentan los productores. Los datos proporcionados por la COAG señalan que los costes de producción exceden los 4 euros por kg en secanos de baja pendiente, mientras que los precios en origen rondan los 3,20 euros por kg. Este escenario lleva a los agricultores a una situación de desequilibrio financiero.
Las previsiones optimistas, que auguraban precios más altos a nivel internacional debido a la disminución de stocks, no han tenido el impacto esperado en las cotizaciones. A pesar de ello, los precios podrían normalizarse a medida que avanza la campaña, con rendimientos mejores en condiciones climáticas más amistosas.
En palabras de Francisca Iglesias, responsable de frutos secos de UPA, las perspectivas son «muy negativas» debido a la gran incertidumbre sobre la cantidad de cosecha que quedará, ante el riesgo de que el fruto se caiga del árbol por falta de agua. Ante este panorama, la UPA ha solicitado a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que tome medidas.
Las almendras no solo sufren la sequía y el calor, sino que también la falta de lluvias, que está provocando un desarrollo muy irregular del fruto, según Iglesias. Esta irregularidad afecta la calidad del producto, lo que incide en los precios que los productores obtienen de sus cosechas.
España importa también una significativa cantidad de almendras. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la importación ha crecido en los últimos años, desde las 99.837 toneladas de la campaña 2016/2017 a las 115.118 toneladas en el período 2022/2023. Estados Unidos, Australia y otros países de la Unión Europea, como Portugal, Alemania e Italia, son los principales proveedores.
Esta campaña, marcada por la sequía y la bajada de precios, pone a prueba la resistencia de los productores de almendras en España y recalca la necesidad de buscar soluciones para adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes que el cambio climático plantea.








