La tensión comercial entre China y la Unión Europea ha vuelto a escalonar tras el anuncio del Ministerio de Comercio de China de imponer medidas ‘antidumping’ provisionales a partir de este viernes sobre el brandy importado de la Unión Europea. Esta medida llega después de la decisión de la Comisión Europea de proseguir con la imposición de aranceles a la importación de vehículos eléctricos de China.
Una de las consecuencias de estas medidas implica que, a partir del 11 de octubre, los importadores de brandy deberán depositar fianzas de seguridad en las aduanas chinas. Esta decisión supone un giro de 180 grados respecto a las declaraciones anteriores de China a finales de agosto, donde afirmaba que no tomaría medidas provisionales ‘antidumping’ en contra del brandy importado, a pesar de la evidencia que indicaba la venta del licor en el mercado chino con márgenes de ‘dumping’ del 30,6 al 39 %.
La investigación realizada por China, iniciada el 5 de enero de este año, concluyó que dichas prácticas de ‘dumping’ constituyen una amenaza significativa para la industria local del brandy en China. El 18 de julio, China analizó los efectos industriales y el interés público relacionados con la importación de brandy europeo, en una evidente respuesta estratégica a los aranceles europeos.
Sin embargo, los posibles aranceles sobre el brandy tendrían un impacto limitado en España, dado que las ventas de este licor al mercado chino solo representaron el 0,2 % del total de exportaciones españolas de bebidas espirituosas, mientras que China es el destino del 30 % del brandy español exportado, lo que podría afectar la estrategia de los productores nacionales.
China ha llevado a cabo otras investigaciones ‘antidumping’ en productos como lácteos y carne de cerdo procedentes de la UE, en lo que se percibe como una respuesta a las fricciones comerciales con el bloque comunitario. Tras nueve meses de investigación, Bruselas propuso aumentar las tasas de aduana debido al apoyo estatal chino a las empresas fabricantes de automóviles eléctricos.
Finalmente, es importante señalar que las opiniones son diversas en la UE, ya que, por ejemplo, Francia consideró que la propuesta de la Comisión Europea de aumentar los aranceles a los eléctricos chinos es «proporcionada y calibrada», una postura que difiere de la de Alemania. Dicha diferencia de criterios muestra la complejidad de las relaciones comerciales en un mundo globalizado, donde los efectos de las decisiones van más allá de las fronteras nacionales.