La seguridad alimentaria es un asunto de suma importancia en China. Así lo destacó recientemente el Ministerio de Seguridad del Estado de este país asiático en un artículo que pone el acento en el valor estratégico de esta área de su economía, e incide en la necesidad de protegerla frente a las amenazas de injerencia extranjera.
Entre las reflexiones que se han compartido desde este organismo gubernamental, se ha recurrido a tradicionales proverbios chinos que transmiten la idea de la alimentación como pilar fundamental para el pueblo y la nación. En ese sentido, se ha definido a los cereales como un «valioso activo» para el país.
Para el ministerio, la seguridad alimentaria es, de hecho, un «componente esencial» de la seguridad nacional. Esta está «estrechamente relacionada» con el bienestar del país y su ciudadanía. De ahí que se incluya dentro de las prioridades estratégicas del estado.
En los últimos años, China ha adoptado medidas de diversa índole para proteger este sector. Ha impulsado una serie de acciones enfocadas en desarticular supuestas actividades de espionaje vinculadas con la seguridad alimentaria. Según el artículo del ministerio, tales maniobras buscan sustraer información sobre el sector del germoplasma, es decir, del almacenamiento de genes esenciales para la supervivencia de especies y poblaciones de organismos.
Además, se han promulgado y revisado varias leyes para garantizar la seguridad alimentaria, proporcionando una «sólida protección legal» en su objetivo de establecer un sistema que garantice la seguridad alimentaria.
El presidente Xi Jinping también ha hecho hincapié en que «la comida no puede ser considerada ‘un asunto insignificante'». En sus propias palabras, ha afirmado que China no puede depender únicamente del mercado internacional para garantizar el suministro de alimentos. En línea con esto, ha abogado por fomentar una «autosuficiencia basada en la producción nacional» y por moderar las importaciones de grano.
Estas declaraciones cobran aún más relevancia teniendo en cuenta que China cuenta con menos del 9 % de tierra cultivable a nivel global, pese a que su población representa el 18 % del total mundial.
Este marco de consciente autoabastecimiento y protección de los recursos propios, refuerza el convencimiento de las autoridades chinas de la relevancia estratégica de la seguridad alimentaria. Un sector que, en su consideración, debe mantenerse a salvo de injerencias externas que pongan en riesgo el bienestar de la población y la estabilidad del estado. Una forma de garantizar «la paz bajo el cielo», como reza otro proverbio citado en su comunicado.